Opinión

La crónica de Amilibia: Me pido ‘La isla de las tentaciones senior’

Sandra Barneda continúa presentando el reality de 'Telecinco'
Sandra Barneda continúa presentando el reality de 'Telecinco'La RazónTelecinco

Arrancó «La isla de las tentaciones» y yo, que tentaciones tengo muchas pero posibilidades de pecar muy pocas, echo de menos una versión del programa en plan senior, esto es, para viejos, a ver si me llaman y encuentro una pareja que me pase la esponja por la espalda y con la que pueda discutir en las comidas en lugar de conformarme con gritarle al televisor, que el muy cabrito ni me responde. No es mucho pedir, creo. Llegué tarde, que es como no llegar nunca, a las mujeres que me gustaban: Isabel Preysler, Susanna Griso, Cayetana Álvarez de Toledo, Carmen Posadas y por ahí. Además, todas ellas tienen cierta predilección por los hombres bien situados y hacen poco o ningún caso a periodistas de escasa fortuna como un servidor. Me veo solo y perdido.

Incluso mi vecina Elena, lectora del Manifiesto Comunista, prefiere a los ejecutivos. La Griso, que sabe mucho de terapia hormonal (tiene dicho que la política necesita oxitocina, estrógenos, endorfinas y algo de testosterona), me hubiera ido muy bien, pero acaba de dejar al financiero Joaquín Güell por un hombre de negocios llamado Íñigo Afán. Cada crisis tiene su afán. Carmen Posadas mantiene las distancias: el compañero de turno en su casa y ella en la suya. No se lo monta por Skype, pero casi. Qué decir de la inalcanzable Isabel: solo sería posible la relación en un Metaverso decorado por Porcelanosa. Cayetana es ideal, pero también marquesa de Casa Fuerte. Y yo no tengo ni tan siquiera un apartamentito en el barrio de Salamanca.

Si Putin sigue con sus amenazas atómicas, habría que ir pensando en «El búnker de las tentaciones». Ahí me iría de lujo Tamara Falcó, que se ha quedado libre y reza como nadie.