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EEUU

El arma más letal de Donald Trump se vende por 1.400 euros

Todo lo que rodea al presidente multiplica su valor, es el caso de los rotuladores para rubricar

Donald Trump ha pausado 90 días los aranceles a todos los países menos China ZUMA vía Europa PressZUMA vía Europa Press

Donald Trump lleva poco más de tres meses al frente de la Administración de Estados Unidos y casi soluciona la guerra de Ucrania y casi hace entrar al mundo en recesión. Todo casi, porque lo cierto es que Trump no ha conseguido concluir ninguna de ambas tareas y no será por el énfasis que le ha puesto a firmar órdenes ejecutivas. Desde el despacho oval ha comenzado a volver loco a Europa, a los mercados y, tiene toda la pinta, a los grandes magnates que le apoyaron el día de su toma de posesión. Sin ir más lejos, en esa misma jornada dedicó un espacio de tiempo a firmar diversos documentos que empezaron a marcar el ritmo de la segunda Administración Trump.

El presidente americano disfruta plasmando su rúbrica de una manera destacada y visible y ha convertido este gesto en su imagen más icónica como político. Es verle delante de un documento con un rotulador en la mano y que medio mundo se eche a temblar.

Un presidente tan particular como Donald Trump no podía firmar como sus antecesores. En un documental de la cadena HBO aseguró: «Firmaba documentos con un bolígrafo muy caro que no escribía bien. Era horrible y extremadamente caro. Comencé a usar un Sharpie y me dije: ‘Espera un minuto, esto escribe mucho mejor y cuesta casi nada». Y así es como Trump desterró de su mesa los clásicos Cross para cambiarlos por una compañía de consumo. Decía adiós a uno de los emblemas de la elegancia americana a la hora de escribir, el de esta firma fundada en 1846, y le abría las puertas a un modelo que apenas cuesta un dólar: el paquete de doce se puede comprar por algo más de ocho dólares.

Donald Trump firmando documentosGtres

Pero Trump siempre esconde otra versión de los hechos. Antes de su etapa presidencial solía recurrir a los Sharpie para firmar autógrafos, escribir notas o remarcar noticias, como afirma el «New York Times», pero la idea de convertir en icónica su imagen plasmando su nombre en las órdenes ejecutivas (y dejando bien claro que las está firmando él, con ese garabato desproporcionado que hace) le animó incluso a llamar a la compañía y proponerles que le hicieran un modelo en negro que «pareciera más caro». El resultado es un diseño que repite la tradición presidencial americana de lucir la firma del presidente en el cuerpo del bolígrafo, solo que si, por ejemplo, con Barak Obama la rúbrica iba en color blanco, en el caso de Trump aparece, cómo no, en dorado.

Objetos de deseo

La pasión que levanta Trump ha convertido a estos rotuladores en objetos de deseo, algo que demuestra la locura que hay por hacerse con uno cada vez que empieza a distribuirlos en eventos públicos. La compañía americana no comercializa este modelo, lo que explica lo cotizados que se han vuelto estos marcadores negros. Trump ya dijo hace unos días que era el momento para hacerse rico y lo cierto es que sus seguidores se están aplicando el cuento: en las plataformas digitales podemos encontrar a la venta algunos de estos rotuladores con un precio que puede superar los 1.400 euros. Es decir, la consecución del sueño americano a través de un rotulador permanente, que por cierto, parece ser la relación más estable de Trump.