La querencia de Alberto Núñez Feijóo por Marbella como lugar de su recreo es ya una constante en la elección de ocio del mandatario del PP. A nadie le extraña ya verlo como uno más en el paseo marítimo marbellí junto a su familia, en fechas claves como Semana Santa, Navidad o verano. Y así ha sido este último fin de semana: el líder popular paso unos días en «la ciudad del canto sin dueño», donde mantuvo un breve encuentro con LA RAZÓN, cuando se dirigía a cenar junto a su esposa Eva Cárdenas y su hijo Albertito, en el restaurante de moda: Trocadero Playa. «Aquí estamos para recargar pilas. El descanso es necesario porque se nos avecinan días duros», dijo justo antes de que se destaparan las últimas grabaciones de la UCO en el «caso Koldo». Mientras hablábamos con él, ciudadanos marbellíes que paseaban por la zona le decían: «Presidente, pronto a la Moncloa ¿ya falta menos no?». A lo que el líder gallego sonreía.

La familia paseó sin escoltas y con toda naturalidad por la ciudad. El paseo desde Trocadero a Puente Romano, el hotel donde se aloja en sus estancias en Marbella, es todo «un respiro». Una opinión tal vez contagiada por las preferencias de su incondicional amigo José María Aznar que, desde el principio de su andadura política, mostró su predilección por Marbella, hasta convertir su inmueble de Guadalmina en su segunda residencia y en el sitio preferido por sus hijos y nietos.

Y es que Marbella es una ciudad para estar en familia y así lo entiende Feijóo. Ahora, que su hijo Albertito va a cumplir siete años, el expresidente de la Xunta recuerda siempre los valiosos consejos que su padre Saturnino le daba a él diciéndole: «Esfuérzate. No pienses que las cosas se regalan, hay que conseguirlas». Y eso es lo que trata de inculcar al niño bajo bajo la atenta mirada de su esposa que también lo adora. Es el único hijo de Feijóo y lo tuvo a los 55 años. Según él, «este niño me da la felicidad. Lo disfruto cada hora». El líder popular ha tratado de mantener siempre al pequeño lejos de los focos y, de hecho, se ha encargado de que sean pocos los detalles que se conocen sobre él. Aun así, presume en cada momento de la especial relación que mantiene con él, compartiendo instantáneas, disfrutando de los pequeños momentos juntos, como en este viaje a Marbella.

Cuando Feijóo está en su tierra le encanta comer xoubas y huevos fritos en Estrella, el restaurante de su buen amigo de Bueu. Pero cuando viene a Marbella, cambia ese menú por las delicias de Trocadero, por ese lenguado con verduras «que lo preparan como nadie». Para esa noche el presidente de los populares eligió comerse el pescado, por eso de las digestiones ligeras antes de irse a la cama.

Los ratos de asueto en su casa de piedra, que posee desde 2020 en la localidad pontevedresa de Moaña, también los disfruta a tope. La vivienda que está sobre el mar, con jardín propio y zona para guardar un barco, otra de las aficiones de Feijóo, quien también es un amante del fútbol e hincha del Deportivo de la Coruña. Pero cuando viene a Marbella sustituye el fútbol por su amor al baloncesto. El domingo pudimos verle de nuevo en el Martín Carpena para presenciar un partido de baloncesto con su también amigo Juanma Moreno.

Eva, su gran amor

Estilosa y colorida, con un vestido azulado de tendencia muy veraniega, paseaba a su lado su pareja, Eva Cárdenas, una mujer de éxito en el ámbito laboral como decoradora e interiorista. Siendo directora de Zara Home, conoció al político, concretamente en un vuelo de Madrid a Galicia, donde se estrecharon los lazos de una relación que dura más de una década. El presidente del Partido Popular siempre ha querido mantener su vida privada al margen, de la política, aunque siempre ha demostrado su amor por su compañera de vida, su otro yo: «Eva, que nunca aparece, pero que siempre está», dijo tras ser reelegido presidente de la Xunta por cuarta vez en julio de 2020.

Eva, por su parte también trata siempre de mantenerse en un segundo plano y son pocas las veces que la hemos visto en la palestra política, una de ellas cuando selló con un abrazo la cuarta mayoría absoluta de Feijóo en las elecciones de la Xunta de Galicia. Esta vez por Marbella paseaban de la mano como una pareja enamorada y cómplice. Eva, además de Alberto, tiene otra hija llamada Gabriela que la ayuda en su compañía inmobiliaria «Niebla Azul». Ha conseguido mantener un perfil bajo a nivel personal. Feijóo es un hombre serio, tranquilo y muy familiar. Parte del éxito que transmite tiene nombre propio: Eva y Albertito.