Restringido
Reyes por aclamación popular
Acompañados por Doña Sofía, Don Felipe y Doña Letizia fueron vitoreados anoche a su llegada a la recepción en el palacio de la Almudaina y, durante más de diez minutos, saludaron a palmesanos y turistas
Acompañados por Doña Sofía, Don Felipe y Doña Letizia fueron vitoreados anoche a su llegada a la recepción en el palacio de la Almudaina y, durante más de diez minutos, saludaron a palmesanos y turistas
uera, expectación. Más que en la mañana del miércoles, cuando el Rey recibió a las autoridades de la isla. En las puertas de la catedral, muchos turistas veían pasar a cada uno de los más de 300 invitados que acudieron ayer a la recepción ofrecida por Don Felipe y Doña Letizia en su primera visita a Mallorca como Monarcas. Son las nueve de la noche. Desde el interior se escuchan aplausos y gritos a favor. «Les jalean a lo Justin Bieber», comenta alguien al escuchar el grito de una adolescente. No llega al fervor de Magaluf por David Guetta –a Dios gracias–, pero el cariño mostrado por unos –palmesanos– y otros –alemanes, ingleses y peninsulares– desborda lo esperado y lo previsible. Sin recriminación ni mirada al pasado. Ni por los que reciben ni por los que llegan. FelipeVI y y su esposa bajan del coche. Y –¡sorpresa!– Doña Sofía aparece en otro vehículo. Deciden acercarse a quienes les fotografían con sus móviles, algunos todavía con el «look» playero, y saludarles «casi» uno por uno. Es la impronta «franciscana» –uno ve influencia del Papa en eso de acercarse a las multitudes para que el pastor conozca por su nombre al rebaño–. Lo cierto es que durante estos casi dos meses de reinado, tanto Don Felipe como Doña Letizia han querido romper esas distancias físicas que podían separar a la institución de los ciudadanos. Gestos que dicen, que hacen intuir. Como el hecho de que Doña Sofía les acompañara, en ausencia de Don Juan Carlos en Colombia. De nuevo, intuición: no hay ruptura, sino continuidad y respaldo. Y algo más. Porque si alguien se conoce los rincones de la isla y sabe moverse casi como un mallorquín más por Palma y sus alrededores es la madre de Don Felipe.
Lo cierto es que, a pie de valla y catedral, no escatimaron en saludos. Más de diez minutos estrechando la mano. Desde Zarzuela se decidió suprimir de un plumazo la tradicional cena de autoridades por esta recepción, a través de la cual los Reyes buscan tener una primera toma de contacto con los paisanos de la isla que acoge a los Borbones desde hace décadas. Pero esta apertura de puertas comenzó fuera de la Almudaina, estrechando la mano a los que no estaban invitados con membrete pero se sintieron convocados al ver el cordón de la Policía Nacional. Aplausos, vivas y Don Felipe, Doña Letizia y Doña Sofía acceden al Patio del Rey del palacio. Récord de flashes por minuto.
El jaleo de fuera se apaga. Dentro, en el patio, solemnidad. Sólo se escucha el agua de la fuente de las palmeras y un león de piedra. Empresarios, políticos y artistas locales, incluidas las dos jóvenes que tocaron techo en la reciente prueba de Selectividad saludan a los Monarcas. Alguna casi toca la rodilla en el suelo. La gran duda era Rafa Nadal. La lesión de muñeca que le ha apartado del Masters 1000 de Toronto también le alejó de la Almudaina. De hecho, él era el único que podía generar el alboroto exterior, amén de Felipe VI y Doña Letizia.
El besamanos, en un silencio sacro, lo iniciaron el presidente balear, José Ramón Bauzá, y su esposa, Alejandra Marquina. Sin duda, con su vestido coral, una de las más elegantes y discretas de la velada. Con su tono humilde, el obispo de Mallorca Javier Salinas recibe un cariñoso saludo de Doña Sofía. Impecable Cristina Macaya con pantalón bicolor, camiseta ajustada en blanco y un collar de los de saber estar y decidir. Para quienes no la conozcan, Macaya vendría a ser como Isabel Preysler en Mallorca en estilo, saber estar y actitud; no podía faltar, como dos de los empresarios hosteleros de referencia en la isla: Gabriel Escarrer, presidente y fundador de Meliá Hotels Internacional, y Juan José Hidalgo, presidente de Globalia. Si con alguien se detuvo especialmente Felipe VI fue con Hidalgo, que también quiso charlar con Doña Sofía. Concluido el besamanos, los invitados disfrutaron de un pequeño coctel servido por Macarena de Castro, la chef con una estrella Michelin, que ofreció productos típicos de la isla.
Caras conocidas
El «photocall» de Carolina Cerezuela
Conocidos insulares, muchos. Que asciendan a la categoría de «negrita» transoceánica, pocos. Por ejemplo, los hermanos Pomar, organizadores de las míticas regatas «Breitling», o la escritora Carmen Riera. De ahí que cuando aparecieron el tenista Carlos Moyá y Carolina Cerezuela, los fotógrafos les pidieron que se detuvieran. Ella, que sabe lo que es un «photocall» y lo que cuesta salir indemne de él, posó y realizó un leve escorzo de mano de su esposo. Alguien interpretó que aquello era «hacerse un Pataky». Pero no. Sólo pase y pose. Y perfectamente ejecutado, que diría Paloma del Río. Con un favorecedor vestido blanco, la presentadora regaló su impecable sonrisa y Moyá se mostró agradecido por ser invitados a la convocatoria: «Para Mallorca es algo espectacular que los nuevos Reyes continúen con la tradición».
El vestido que lució con Michelle Obama
Por Fiona FERRER
De blanco, como también exigía el protocolo de la cena de Armadores en el Real Club Náutico, Doña Letizia deslumbró en la primera recepción tras su llegada a Palma de Mallorca. Repitió el vestido que lució durante la visita de Michelle Obama a España en 2010, un diseño de manga asimétrica que deja su hombro al descubierto. A destacar las sandalias de tiras en tono dorado y, una vez más, su pelo suelto y liso, que da sensación de naturalidad. Doña Sofía dejó una vez más patente su estilo al utilizar dos piezas compuestas por una blusa larga (en un estampado que también recuerda al de la visita de la esposa de Obama) y su prenda fetiche: los pantalones en seda sueltos. Al igual que ocurrió en el primer posado ante los medios, en el que las infantas creaban un contraste de color con el look de sus padres, esta vez Doña Sofía fue quien puso la nota de color con su vestimenta floral en tonos rosas, grises y verdes.
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