Japón
Jorge Lorenzo: «Me gusta la gente que no tiene miedo a meter la pata»
En el camión reservado a los invitados de Yamaha en el «paddock» de Jerez hay dos relojes de pared. Uno tiene la hora local y el otro, la de Iwata, la ciudad japonesa en la que se fabrica la moto de Jorge Lorenzo.
Jerez- Por eso, el campeón mundial de MotoGP reconoce que ha sentido más de cerca la tragedia de Japón, uno de esos sucesos que le llevan a pensar que «hay que cuidar más el planeta». «Últimamente están sucediendo muy a menudo cosas como ésta, y no es casualidad», asegura Jorge, que ayer fue tercero en los segundos entrenamientos libres, dominados por Pedrosa a pesar de sus problemas físicos.
–¿Qué recuerdos le quedan del título que ganó en 2010?
–Fue inolvidable, la culminación de toda una vida persiguiendo un sueño que se hace realidad.
–¿Después de llegar tan alto, el siguiente desafío es contra uno mismo?
–Es imposible estar relajado o conformarse. El año pasado, en algunas carreras pude permitirme rodar tranquilo y ganar con cierto margen. Ahora para estar simplemente en el podio necesitaré ir al máximo y no perder nunca la concentración ni un segundo.
–Ha sufrido más en un Gran Premio y medio que en todo el curso anterior…
–Es más duro que te cueste ganar cuando ya has conseguido ser el mejor. Si todavía no has hecho nada y sigues sin hacerlo estás acostumbrado. Lo duro es ganar nueve carreras y que al año siguiente te resulte complicado vencer incluso en una.
–¿El dorsal uno le condiciona?
–Es un número que significa mucho, pero una vez puesta la pegatina hay que olvidarse. Tienes que seguir poniéndote a prueba. No eres mejor que los demás por haber ganado sólo un año.
–¿Si pudiera pedir un deseo, qué le añadiría a su Yamaha?
–Que aquí, en vez de marcar 1:40 en cada vuelta, marcase 1:38. Así todo sería más fácil, pero esto supondría mejorar muchísimo. No basta con un deseo.
–¿Su moto está muy lejos de lo que sería ideal?
–La moto perfecta no existe. Siempre se está evolucionando y mejorando, y buscar la moto ideal no es bueno. A veces hay que conformarse y sacar el máximo provecho a lo que tienes.
–¿Las Honda son casi perfectas?
–Tienen un motor potentísimo y un cambio muy bueno. En las curvas van mejor que antes. Estamos un escalón por detrás.
–¿Porqué se cae tan poco?
–Será la experiencia, que, precisamente, he ido adquiriendo a base de caerme. Ahora soy más consciente de dónde está mi límite y se trata de estar muy cerca de él durante 45 minutos, pero no sobrepasarlo en ninguna curva.
–¿Se ha liberado un poco sin Rossi como vecino de taller?
–No, esto no es Gran Hermano, aquí cada uno tiene sus mecánicos y si uno se puede llevar bien con todo el mundo, fantástico, pero es algo difícil.
–Parece que todavía no le ha cogido el truco a la Ducati.
–Aquí va bastante mejor. Está más cerca de lo que parece y siempre lo estará, tenga la moto que tenga, porque es muy bueno.
–¿Ganar es lo mejor?
–Algunos convierten la victoria en una obsesión y para ellos es lo único. Otros disfrutan más del fin de semana, de la competición… Hay gente más competitiva que otra, pero todavía no he escuchado a ningún piloto decir que le gusta perder.
–¿Qué opina de Mourinho, el máximo enemigo de su Barça?
–Es un gran entrenador y muy inteligente. Me cae bien, siempre me ha gustado la gente con carácter, que no tiene miedo a meter la pata. Algunos andan con mucho cuidado de no hacerlo y se estancan. En la vida tienes que cometer errores para evolucionar y él dice lo que le pasa por la cabeza. A veces acierta y a veces no, pero es auténtico y hay poca gente auténtica en el deporte.
–Dice el portugués que de él sólo se conoce el personaje, no la realidad de su carácter, ¿sucede lo mismo con Lorenzo?
–Es imposible que se comporte en el sofá de su casa igual que en el campo. En el banquillo está trabajando, concentrado en conseguir el mejor resultado. Lo mismo pasa conmigo. Fuera de las carreras es todo distinto, pero en el box quiero el mejor rendimiento y no estoy de cachondeo.
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