África

África

La victoria del cristiano Goodluck desata la ira del norte musulmán

La división religiosa amenaza con desangrar Nigeria tras la negativa opositora a reconocer al vencedor. Cruz Roja denuncia decenas de muertos

periodicos
periodicoslarazon

Madrid- Los primeros resultados oficiales han conseguido extrapolar aún más a la población nigeriana entre norte y sur, entre musulmanes y cristianos. Tras dos días de tensa calma después de las elecciones presidenciales en Nigeria, unas de las más justas en décadas, la violencia se desató en el norte, de mayoría mahometana. Su candidato, Muhammadu Buhari, del Congreso por el Cambio Progresivo (CCP), quedó en segundo lugar (con 11,9 millones de votos) frente al actual presidente, Goodluck Jonathan, del Partido Democrático del Pueblo , que consiguió la reelección con más de 22 millones de papeletas.

Los choques comenzaron en protesta con el recuento de votos. En los estados de Bauchi y Gombe murieron al menos diez personas y varios edificios y coches fueron incendiados, según informa la Agencia de Noticias Panafricana (PANA). Después, en Sokoto las Fuerzas de Seguridad dispersaron a grupos opositores que quemaron algunas viviendas. Desde la Cruz Roja nigeriana advirtieron de que los disturbios causaron muchos muertos. «Ha habido problemas en Kaduna, Katsina, Kano, Adamawa, Niger y Jigawa. Han sido incendiadas iglesias, mezquitas y casas», reconoció un responsable a Reuters.

El escritor, consultor y experto en Nigeria, Jeremy Weate, cuenta a LA RAZÓN que, aunque hubo algunos episodios violentos antes de las elecciones, no se tenía el sentimiento de que «las pasiones colectivas desembocarían en este día de la ira que hemos vivido».

Desde el CCP del ex dictador Buhari impugnaron los resultados y denunciaron anomalías. Para el británico Wetae, que lleva siete años en Nigeria, «tanto la refutación del CCP como el Congreso Acción de Nigeria (CAN) alimentarán frustraciones. Cuanto antes empiecen las investigaciones oficiales que aclaren las alegaciones de manipulación, mejor para el país».

En esta misma línea coincide la nigeriana y empresaria Kathleen Ndongmo. «No es el momento de que Nigeria dé un paso gigante hacia adelante y diez pasos para atrás», destaca. «Nadie quiere enviar el mensaje negativo de que Nigeria es su propio problema».

Si para Weate los conflictos religiosos tienen en realidad unas raíces más profundas como puede ser el reparto de tierras, para Ndogomo, la religión en su país es «extremadamente importante», ya que juega un rol clave en la vida de los nigerianos. «Éstas no serán las primeras elecciones en las que los políticos utilizan la religión para recibir votos. Imanes musulmanes predicaron en favor de Buhari y en las iglesias también se lanzaron mensajes a los cristianos para que votaran por Jonathan. Se hizo abierta y libremente». En resumen: «Muy pocos nigerianos votaron por un candidato por ser competente para liderar la nación, sino por sus afinidades religiosas y étnicas».