Debate Estado Nación

Una minicrisis de Gobierno con vistas a un adelanto electoral

En lugar de acometer una remodelación más profunda para blindar su Ejecutivo hasta marzo de 2012, José Luis Rodríguez Zapatero, en connivencia con el recién proclamado candidato socialista a La Moncloa, optó ayer por los mínimos e imprescindibles cambios de su Gabinete.

Zapatero, ayer, durante la rueda de prensa en la que anunció los cambios de Gobierno
Zapatero, ayer, durante la rueda de prensa en la que anunció los cambios de Gobiernolarazon

El presidente se limitó a nombrar a tres personas en sustitución de Alfredo Pérez Rubalcaba en los tres puestos que concentraba en sus manos. Este leve movimiento fue interpretado por miembros de su Gobierno como la antesala de un adelanto de las generales a otoño próximo. El nombramiento de Blanco, que seguirá en la cartera de Fomento, como portavoz fue la sorpresa de esta novena remodelación que acomete Zapatero desde que llegó al poder en 2004. Días atrás, diversas fuentes del Ejecutivo central daban por hecho que este cargo sería ocupado por el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, hombre de confianza de Rubalcaba. Sin embargo, fuentes próximas a Zapatero confirmaron a LA RAZÓN que Blanco trasladó tanto al ex vicepresidente primero como al presidente su deseo de involucrarse aún más en la acción de Gobierno y, por ende, de asumir las riendas de la Portavocía. No obstante, otras fuentes de La Moncloa negaron ayer que fuera el propio Blanco quien diera un paso adelante para dirigir la comunicación gubernamental.

Premio a la dedicación
Pese a los insistentes rumores de lejanía entre los tres políticos, Zapatero y Rubalcaba no sólo no pusieron objeción a su nombramiento, sino que consideraron al aspirante para el mismo el «mejor de los candidatos posibles». De paso, el ex vicepresidente, que sigue llevando el peso del Gobierno, premia su dedicación y el no haber contado con él para dirigir su campaña electoral.
Rubalcaba eligió a Elena Valenciano para esta tarea en un intento de transmitir una señal de cambio, después del varapalo del 22-M, aseguran fuentes gubernamentales. Mientras, en una breve comparecencia ante la Prensa, Zapatero justificó ayer su elección porque «conoce bien la acción global del Gobierno». Además, «tiene una confianza muy directa conmigo, trabada desde hace mucho tiempo», puntualizó.
Fuentes próximas al ministro de Fomento achacan su designación como portavoz en lugar de Jáuregui a su «peso político adicional por encima del cargo que ostenta en el Gobierno y en el partido». Con independencia de las razones de su elección, la realidad es que el número dos del PSOE sale reforzado con esta crisis gubernamental, al ganar peso dentro del Gobierno.
Blanco llega a la Portavocía con la intención de convertirse en un «portavoz institucional» y romper, así, con su imagen de político duro. Además, lo hace con la voluntad de agotar la legislatura. En esta tarea, centrará sus esfuerzos, siempre que no se produzcan otras circunstancias que le hagan cambiar de opinión.

Presidenta en funciones
El presidente no sorprendió en el resto de los cambios de su Gabinete. En una clara apuesta por la continuidad, nombró ministro del Interior a Antonio Camacho, secretario de Estado para Seguridad. Desde abril de 2004 en Interior, Camacho conoce como nadie la lucha contra el terrorismo etarra. Por eso Zapatero alabó ayer su dilatada experiencia en esta cartera. «Es el perfil adecuado» para el cargo, puntualizó. Además, aseguró que el nuevo ministro seguirá persiguiendo «con todas nuestras fuerzas» a ETA, que «está hoy más débil que nunca».
Además, eligió a Elena Salgado, una estrecha colaboradora de Rubalcaba, para vicepresidenta primera de Asuntos Económicos. Mientras, Manuel Chaves pasa a ocupar la Vicepresidencia segunda de Política Territorial. Después de Teresa Fernández de la Vega, Salgado será la segunda mujer en la historia de la democracia española que asuma la Presidencia en funciones en los casos de ausencia de Zapatero. Su ascenso representa un aval para Rubalcaba dentro del Gobierno. A través de ella podrá seguir de cerca las decisiones del Consejo de Ministros. El presidente comunicó estos cambios a su Majestad el Rey el pasado miércoles, en la audiencia ordinaria semanal.
Tras conocer los mismos, fuentes gubernamentales no descartaron ayer un adelanto electoral. Incluso altos cargos del Ejecutivo barajan como fecha para la cita con las urnas el próximo 27 de noviembre. Pero el anuncio de la convocatoria electoral no se realizará hasta septiembre, después de la Conferencia Política que celebrará en ese mes el PSOE, en la que Rubalcaba desgranará su programa de gobierno.
Pese a ello, Zapatero se negó ayer a hablar de anticipo electoral. «No hay que pensar en ninguna otra cuestión», que en mantener la estabilidad y crear empleos, avisó en relación a un eventual adelanto de las generales. Sin embargo, en esta ocasión, el jefe del Ejecutivo no se refirió explícitamente a su voluntad de agotar la legislatura hasta marzo del próximo año. Eso sí, dio por sentado que el Gobierno sigue trabajando a «pleno rendimiento» para superar la crisis económica. 

Prioridad
Y es que más allá de convocatorias electorales, el objetivo del Gobierno es «cumplir con sus compromisos en un momento en el que la estabilidad de los mercados es de la mayor trascendencia» y en un día en el que la prima de riesgo de la deuda española llegó a media jornada a los niveles más altos de su historia, con 339 puntos básicos. En este escenario nada halagüeño para la economía española, el jefe del Ejecutivo se negó ayer a dar pistas de cuándo fijará la cita con las urnas. Por eso tampoco entró a valorar las propuestas sobre la banca del candidato socialista a la Presidencia del Ejecutivo. Tan sólo se limitó a asegurar que cada legislatura tiene su programa electoral, en función de las circunstancias del momento. Pese a ello, el presidente, que admitió que consultó con Rubalcaba los cambios de su Gobierno, está empeñado en agotar su último mandato. Sin embargo, su ex vicepresidente trabaja ya en un adelanto electoral.

La encuesta
Según una encuesta realizada por la web de LA RAZÓN, el 91% de los encuestados no cree que el nuevo Gobierno mejorará la situación de España, lo que deja entrever la escasa confianza depositada en los nuevos cambios del Ejecutivo, frente a sólo el 9% que cree que sí mejorará la situación del país.También se les preguntó a los internautas si creían que Zapatero ha hecho un Gobierno pensando en un adelanto electoral o, por el contrario, para terminar la legislatura en marzo de 2012. Ante esta cuestión, el 73% ha respondido que los cambios realizados por el presidente del Ejecutivo se han hecho pensando en un adelanto electoral, frente al 27% que cree que los nuevos nombramientos se han realizado pensando en las elecciones generales del próximo año.