Historia
Prescripción
Se hizo eco la prensa este fin de semana de los 20 años desde el crimen de los novilleros, habiendo prescrito el delito para el tirador de la segunda escopeta interviniente. De ahí a que tal autor no fuera conocido va un trecho pues desde el primer día de las investigaciones se sabía que a uno de los muchachos lo hirió de muerte un impacto de postas, concretamente de munición Brenecke, caracterizada por su efecto mortífero. De tal munición, rara, no se encontró cartucho alguno en el lugar de los hechos pero sí dentro de la canana de uno de los primeros sospechosos, que tenía a su nombre una escopeta de cañones paralelos, de báscula, es decir, de las que hay que «quebrar» para retirar la munición utilizada que, al estar muy caliente tras el disparo, suele quedar sobre el terreno. Tal autor «desconocido» no recargó tras agotar los dos cartuchos que utilizó para abatir a dos muchachos de un solo disparo mientras que la otra escopeta mataba al tercero y remataba al segundo, ya caído en el suelo; su escopeta, al ser una repetidora Franchi, arrojaba directamente los cartuchos por la ventana de expulsión y esos fueron los que se encontraron en el escenario del crimen. La investigación, muy bien dirigida en principio por el capitán Salsas de la Guardia Civil, se torció por descoordinación entre la policía científica y la juez instructora, lo que propició que el segundo autor de disparos quedara en la sombra y ya nada se pudiera hacer para encausarlo. Así que prescrito el delito pero no desconocido el autor, al menos para quienes intervinimos en el asunto. Yo fui acusador en aquel procedimiento en nombre de la Escuela de Tauromaquia de Albacete y aún me duele ese autor impune.
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