Ibex 35
Bernanke desesperado
El presidente de la Reserva Federal me produce sentimientos encontrados. Si bien estoy en contra de sus políticas ultra expansivas, el profesor Bernanke parece el único adulto en el patio del colegio en el que se mueven nuestros líderes mundiales. Su última medida es el acto desesperado de alguien, que en solitario, trata de parar el tsunami que se viene encima tirando piedras a las olas.
Desesperado e inexplicable me parece el último intento de la Reserva Federal por aplazar la crisis, la llamada operación twist. Ésta consiste en vender deuda pública a corto plazo para comprarla a largo plazo. Lo que se intenta es forzar a los bancos a prestar dinero y hacerlo a tasas de interés relativamente bajas. El objetivo es estimular el crédito hipotecario, reavivando así el todavía moribundo mercado inmobiliario. Veremos qué sucede, pero el efecto inmediato de la medida ha sido el de aplanar la curva de tipos de interés, algo que repercutirá muy negativamente en los márgenes bancarios en un momento de máximo estrés para el sistema financiero.
Si bien estimular la oferta de crédito es imprescindible para salir de la crisis, mucho más importante es que haya demanda de crédito. Para esto, además de tipos de interés bajos, se necesita confianza, algo que la Reserva Federal mina cada vez que intenta intervenir y manipular los mercados.
Mina la confianza la manipulación de los mercados, como lo hacen algunas de las pintorescas propuestas de la izquierda española, donde al mismo tiempo que reparten miles de millones entre las cajas españolas, discuten la introducción de nuevos impuestos bancarios. Delirante.
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