Hanói
El Real Betis de Vietnam
El Betis juega cada domingo en Vietnam a través de grupos de chavales que se visten la camiseta verdiblanca en los campos de fútbol de Long Bien Bridge, una humilde barriada de Hanoi situada a orillas del río Rojo.
"El Real Betis Vietnam fue el equipo oficial de la ONG Blue Dragon desde 2003 hasta finales de 2009, en que hubo un cambio de patrocinador", explica a Efe Nguyen Phuc Tho, uno de los voluntarios implicado en este solidario proyecto.
Aunque el nombre del equipo cambió, los pequeños permanecen fieles en sus corazones al color verdiblanco y se ponen orgullosos la vestimenta bética todos los domingos, cuando Hanoi está aún despertando.
"El nombre inicial del equipo fue la idea de un voluntario español que pasó por la capital vietnamita y se interesó por el proyecto de la ONG Blue Dragon", comenta Tho.
Tho ha perdido la pista de aquel joven que bautizó al grupo, pero su recuerdo sigue presente en los campos de fútbol de Long Bien.
El voluntario vietnamita dice que este barrio es uno de los más pobres de Hanoi, una zona de la ciudad donde vive gente con pocos recursos, campesinos que se han trasladado de las zonas rurales en busca de trabajo en la capital.
Esta falta de recursos económicos expone a numerosos peligros a los niños y jóvenes.
Muchos de ellos se quedan sin hogar y caminan náufragos por las calles de Hanoi.
"El fútbol les ayuda a encauzar su camino y, además, les divierte y entretiene. Olvidan sus problemas, aprenden a comportarse mejor y evita que estén tirados por la calle", defiende Tho.
"Entre los tres campos de tierra con que cuentan las instalaciones deportivas del Long Bien Stadium, se reparten tres grupos de niños y jóvenes que van desde los 13 hasta los que superan los 15 años para jugar un partido cada domingo", explica Tho.
El buen comportamiento, tanto dentro como fuera del campo, tiene su premio en esta ONG.
Por eso, tras el partido, y después de un merecido batido de leche que sirve para recobrar fuerzas, Tho congrega a todos los chavales para elegir a aquellos jugadores que han demostrado una actitud ejemplar.
Los que mejor han jugado y se han comportado reciben un reconocimiento especial y un premio adicional por su buen rendimiento: una pastilla de jabón o una lata de comida.
Sirve sobre todo "para motivarles y hacerles ver que una buena disposición ayuda a seguir adelante en sus vidas, sin complicársela deambulando por las calles", apunta Tho.
La Fundación Blue Dragon trabaja también las en ciudades de Hoi An y Ho Chi Minh (antigua Saigón), en el centro y sur del país, respectivamente.
Nació en octubre de 2002, de la mano del profesor australiano Michael Brosowski, que llegó a Hanoi para dar clases de inglés en la universidad.
En apenas dos meses, Brosowski, descubrió a un grupo de pequeños limpiabotas extraviados por las calles de la capital y decidió que era necesario echarles una mano, darles la posibilidad de educarse y de aprender como debe hacerlo cualquier niño.
De esta manera, fue creciendo hasta hacerse oficial la ONG Blue Dragon, que en sus ocho años de vida, ha enviado a la escuela a casi dos mil niños sin recursos ni posibilidades para asistir a ella.
Además de la escolarización de población infantil, esta agrupación ayuda a rehabilitar a jóvenes con problemas de drogas, rescata a pequeños víctimas del tráfico ilegal de adopciones y busca trabajos y prácticas para adolescentes, entre otras muchas cosas.
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