Copa del Rey

Barcelona

Juego de canteras

El Camp Nou homenajeó a Severiano Ballesteros, quien fue embajador azulgrana. Hubo, como en los demás campos españoles, admiración y respeto mientras sonaba «El cant dels ocells», de Pau Casals.

La Razón
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Al final de la tarde, el público festejó a sus jugadores gritando «campeones, campeones». Les falta un punto y el miércoles jugarán en Valencia frente al azulgrana Levante. Barcelona y Espanyol tuvieron etapas paralelas que quedaron en el olvido y en las hemerotecas. Hoy, la diferencia económica entre ambos es enorme y, siendo uno rico y otro pobre, practican la misma dedicación al trabajo de cantera que proporciona buenos réditos. Ayer, en el Camp Nou, hubo menos morbo que otras veces, porque no había posibilidad real de que con la derrota barcelonista, de haberse producido, los españolistas pudieran presumir de haberles birlado la Liga, como sucedió alguna vez no hace tanto tiempo. El Barça no tiene la facilidad goleadora de meses atrás. Al Madrid, por el contrario, le sobra, y parece apuntado a la media docena de goles. El Barça tardó media hora en batir a Kameni. El equipo parece más que cansado. Físicamente, está sin la velocidad necesaria para hacer valer su juego de toque, porque poseer la pelota sin crear peligro es marear la perdiz. Antes del partido del Camp Nou, se vio el Manchester United-Chelsea, y da la impresión de que a la final de la Liga de Campeones, el próximo día 28, llega con más frescura el equipo inglés. No tuvo dificultades el equipo azulgrana para imponerse al Espanyol. Guardiola volvió a alinear a Abidal, destinado a la final europea. Posdata. Xabi Alonso tiene dudas sobre los arbitrajes. Que consulte con su padre.