Por la igualdad por Dr Bartolomé Beltrán

En la toma de posesión de cinco altos cargos del Ministerio que dirige Ana Mato había cuatro mujeres (Pilar Farjas, María Jesús Fraile, Blanca Hernández Oliver y María Teresa Bernedo) y un hombre, Juan Manuel Moreno. La imagen ya nos daba una idea de la proporción. La desigualdad era una compensación histórica y actualizada de las pretensiones de la ministra que quiso poner acento desde el primer día en la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres. Levantó su cruzada personal en el tercer adjetivo de su ministerio, «la igualdad». Dijo que la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género «para mí es lo primero». La prioridad de las prioridades, porque todo el esfuerzo y las medidas que pongamos encima de la mesa serán bienvenidas si con ello conseguimos salvar la vida de una mujer. Matizó que «necesitamos estar muy unidos, al margen de ideologías, en esta cuestión estamos de acuerdo todos. Es una cuestión de eficacia y de trabajo, no de ideologías».

En efecto, hay que trabajar mucho y enfrentarse a los estereotipos sexistas, aumentar por todos los medios la participación de las mujeres en puestos de responsabilidad y conciliar vida familiar y profesional.

Los medios de comunicación tenemos mucho que aprender y trabajar en esa línea, echando mano del cine y del teatro de la misma manera que debemos apuntalar reportajes, textos, noticias e imágenes. Ya se lo dije a Blanca Hernández Oliver, la nueva responsable del área, porque podemos utilizar los síntomas de alarma como prevención y algunas cuestiones legales de calado para terminar con esta sangría de terror y duelo iniciada en la relación afectiva. Nadie le va a discutir a Ana Mato que esta sea su prioridad. Porque el dardo es certero, intersegmentario, interclasista y universal. Seguro.