Literatura

Castilla y León

Jiménez Lozano cumple 80 años con nuevo libro: «Un pintor de Alejandría»

Sus amigos ultiman un homenaje, a modo de exposición, que abrirá sus puertas el día 24 en el Episcopio de Ávila.

El escritor abulense, José Jiménez Lozano, Premio Cervantes 2002
El escritor abulense, José Jiménez Lozano, Premio Cervantes 2002larazon

Valladolid- José Jiménez Lozano cumple hoy 80 años, pero no lo celebrará. Lo pasa en la intimidad, con su familia, alejado de cualquier celebración. El escritor más insobornable y preclaro pensador del último siglo, eso sí, vive en plena actividad creativa.Prueba de ello son la reciente traducción al checo de los cuentos de «El ajuar de mamá», la inminente aparición de la novela «Un pintor de Alejandría» y el alumbramiento de «Cuadernos de Rembrandt» -un nuevo tomo de sus diarios-. «No sé si escribiré más o no. El futuro no está en nuestras manos», explica a Efe el narrador abulense, Premio Cervantes 2002, cuya senda literaria cumplirá el año próximo medio siglo desde la aparición de «Nosotros, los judíos» (1961), y que hasta la fecha ha cuajado en más de sesenta títulos en forma de novela, ensayo y poesía.Al margen de cifras, «que en sí no tiene la menor importancia», Jiménez Lozano considera que su lógica conciencia de escritor «no afecta a la supervivencia en ningún aspecto, ni siquiera a la supervivencia literaria, si es que existe». «Dado el curso de nuestras culturas públicas, mejor es que tal fama no se acerque a nosotros. Pero, afortunadamente, para todo y para todos, llegará el piadoso olvido vital», reflexionó el autor de una obra de raíz y esencias cervantinas tanto por el pulido uso del lenguaje como por su consagración a la naturaleza humana.ConfidencialMientras, la exposición «Confidencial Jiménez Lozano» abrirá sus puertas en el Episcopio de Ávila, una muestra del cariño de sus amigos, que han enlazado 51 imágenes y una videoinstalación, con extractos de su obra más representativa. En estas fotografías, muchas de las cuales son inéditas, se observan retratos personales -en torno a la mitad de ellos-, tomados tras el año 2002, a los que se añaden paisajes y detalles de los que el autor nacido en Langa habla en sus obras, en su mundo imaginario, tal como señala el comisario de la exposición, Eduardo Margareto.