Operación Lezo

15-A: Empieza la nueva era Aguirre-Blanco

El primer encuentro entre el ministro de Fomento y la presidenta de la Comunidad se celebra mañana. Atrás quedan cinco años de enfrentamientos con Álvarez

Esperanza Aguirre, ayer, en la presentación de la cuarta edición de la campaña «Mayores de Cine»
Esperanza Aguirre, ayer, en la presentación de la cuarta edición de la campaña «Mayores de Cine»larazon

Madrid- En política los gestos tienen una importancia mayor incluso que las palabras. Y el que ha tenido José Blanco, el nuevo ministro de Fomento, con Esperanza Aguirre no ha caído en saco roto en la Puerta del Sol. La noticia de que será Esperanza Aguirre la primera presidenta autonómica que se reunirá con Blanco, tras su investidura, y la rapidez con la que el titular de Fomento ha comprometido el encuentro, fijado para mañana, augura «una nueva era, una nueva etapa positiva para los madrileños». Las palabras son de la propia Aguirre, que, según sus colaboradores más próximos, se encuentra «muy ilusionada y esperanzada» con la actitud del recién nombrado ministro de una cartera con la que la presidenta de la Comunidad ha librado algunas de sus más duras batallas de los últimos cinco años, en los que estuvo dirigida por Magdalena Álvarez. Aguirre quiere partir de cero con Blanco; por eso, en la reunión que mantendrán mañana dejará a un lado los reproches por el inmobilismo, el ninguneo, e incluso, en sus propias palabras, el «maltrato» al que sometió Álvarez a la Comunidad.La ex ministra «asfixió» a Madrid negándole nuevas infraestructuras, e incluso congelando las que el Gobierno de Aznar puso en marcha. Un castigo a los madrileños, a la propia Aguirre y sobre todo al PSM, que lo ha pagado con los peores resultados electorales de su historia en Madrid.Aguirre espera por ello que el gesto de «buena voluntad» de Blanco, marcando diferencias con la actitud de su antecesora, no se quede sólo en eso, y el ministro atienda las necesidades que tiene la región en Cercanías, carreteras y aeropuertos y cumpla las promesas que tanto Zapatero como Álvarez aparcaron estos últimos años.