Bruselas

En busca del gran secreto

Las investigaciones sobre el coche eléctrico centran ahora el «interés» de la industria automovilística.

En busca del gran secreto
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Madrid- ¿Dónde termina la inspiración sobre las ideas ajenas y comienza el espionaje industrial? Es una de las grandes preguntas a la que se enfrenta la industria internacional del motor, desde la técnica a la estética. Un proceso que, como es aceptado por la opinión pública en las encuestas, hace que en la actualidad «casi todos los coches sean iguales». En la parte mecánica, el automóvil avanza hoy en dia a pasos muy cortos, ya que en su esencia no se pueden aportar grandes novedades. Van incluyéndose pequeñas mejoras en sistemas periféricos, como los frenos, las transmisiones, las suspensiones, la dirección, el consumo... Quien los descubre da el primer paso, pero es imitado por el resto de sus competidores en poco tiempo. Cuando sale un nuevo modelo de una marca, la competencia lo desmonta hasta la última pieza para estudiar las soluciones aplicadas e incorporarlas a su cadena de montaje, ya que estas mejoras son muy difíciles de patentar. Son sólo pequeños detalles de ingeniería.

Otra cosa diferente es el tema de los automóviles movidos por motores eléctricos, como es el caso del supuesto espionaje sufrido por Renault. En este campo, la investigación sí que puede avanzar a grandes pasos debido al escaso desarrollo de este tipo de vehículos. Aunque sin duda, el gran descubrimiento en lo que se refiere a los coches eléctricos y que la industria está esperando, no se refiere a los motores eléctricos o los sistemas de aprovechamiento de la energía. El reto de la industria se refiere a dos campos: la poca autonomía de las actuales baterías fabricadas con iones de litio a la espera de sistemas más eficaces, y la creación de una red de enchufes para para recargar. Se trata de tecnología en el punto de mira y por la que puede producirse el espionaje. Precisamente el número dos de la multinacional francesa, Patrick Pelata, subrayó ayer que el caso de espionaje es serio pero «el perjuicio es menor que si hubiera recaido sobre la tecnología». Sí pueden haberse filtrado informaciones sobre la arquitectura del vehículo eléctrico, sobre los costes o incluso sobre el modelo económico del programa, indicó. En cualquier caso, la cúpula de Renault ha asegurado que no cambiará nada del programa de desarrollo de su vehículo «verde», que prevé lanzar en 2012. Un caso de espionaje que, según Pelata, tiene detrás a una «red internacional organizada».

En casi todos los casos, la realidad es que es muy difícil probar el espionaje industrial, salvo que quienes lleven a cabo la operación sean auténticos chapuceros. A un ingeniero avezado, sólo hay que darle dos o tres pistas de por dónde continuar la investigación para que se le vayan abriendo puertas. En los tiempos en que Seat se estaba separando de Fiat, la marca española sacó al mercado un modelo, el Ronda, que a los ojos de todos era muy similar al Fiat Ritmo. La acusación de plagio llegó hasta Bruselas y Seat, presidida entonces por Juan Miguel Antoñanzas, se enfrentó a un pleito serio. Lo resolvió con imaginación. Antoñanzas mandó pintar de amarillo todas las piezas que tenían una diferencia con el modelo italiano. El efecto óptico de dos coches que eran casi iguales, pero diferenciados por el color, era impresionante. Ningún experto pudo adivinar qué coche correspondía a cada marca.


4 «robos» de directivos
1/ General Motors
J. I. Lopez Arriortúa fue Vicepresidente de GM. Contratado por Volkswagen, GM le acusó de llevarse información industrial.
2/ Alfa Romeo
Walter da Silva es considerado el padre de los Alfa Romeo de nueva generación. Posteriormente se conoció que se marchaba a Seat.
3/ Audi
Freeman Thomas fue considerado el padre de los VW Beetle. Además ideó el famoso Audi TT. Tras estos dos logros se fue a Mercedes.
4/ Fiat
Frank Steefesson creó el nuevo Mini, pasó por Fiat para hacerse cargo de Maserati y ahora ha firmado el último biplaza de Mc Laren.