Asturias
Recorte drástico de altos cargos por Sergio ALONSO
Una vez consumados los relevos en las comunidades autónomas al calor de los resultados del 22-M, es hora de proceder a los recortes necesarios que permitan rescatar de la quiebra al Sistema Nacional de Salud. A la vista de la inacción del Ministerio, y de su obstinado plan consistente en quitarse de en medio para que no le salpiquen las protestas, los consejeros de Salud de las autonomías han de actuar por su cuenta y con la convicción de que cualquier medida razonable provocará un efecto dominó en otros territorios, que generalizará los recortes a los que renuncia el Gobierno. Lo primero, y más importante, si se van a exigir luego sacrificios adicionales al sector, es que las administraciones prediquen con el ejemplo. Por ello, han de proceder de inmediato a una reestructuración de altos cargos que afecte a las propias consejerías, a los servicios de salud y a entes periféricos como las direcciones provinciales. La reducción de áreas sanitarias acometida por Juan José Güemes en Madrid constituye un buen punto de partida para adelgazar o eliminar estructuras duplicadas. También ha de reducirse la nómina de chóferes, asesores y cargos de designación política. Hecho esto, las consejerías han de cribar mejor la tecnología que incorporan a sus centros, revisar las inversiones y primar las de reposición sobre las de obra nueva.
No cabe en cabeza de nadie que Toledo, a apenas 70 kilómetros de Madrid, tenga el mayor hospital de España para una población tan reducida, como no cabe que Asturias, con una población tan dispersa, centralice su Sanidad con un hospital que pugna en tamaño con el de Toledo. Hay que atajar también el absentismo de los sanitarios y revisar el copago. El actual es anacrónico e injusto. Pero que nadie se llame a engaño. El copago es sólo una mota de polvo contra la bancarrota, nada más.
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