Copa del Rey

F. C. Barcelona

Vendaval azulgrana (8-0)

El Barça recuperó su mejor versión ante Osasuna con una exhibición de fútbol y goles. Messi estuvo excelso. Busquets volvió al medio

Cesc Fabregas y Lionel Messi
Cesc Fabregas y Lionel Messilarazon

Hay veces en que el fútbol es mucho más fácil de lo que parece. No hace falta buscar la cuadratura del círculo, sino situar a cada jugador en su posición natural y dejar que su calidad haga el resto. Un invento es situar a Busquets de central ante uno de los mejores delanteros del mundo. También sabe de inventos Agirretxe, que remató a placer un balón a un palmo del propio Busquets. Ayer, ante Osasuna, Guardiola le volvió a situar en el mediocentro, puesto en el que, seguramente, es el mejor jugador del mundo. El marcador habla por sí solo. Los inventos son para el verano.

Guardiola apostó por un 3-4-3 con alguna variante. Cesc y Messi tienen absoluta libertad de movimientos, lo que convierte al dibujo azulgrana en un auténtico galimatías. Con este sistema, uno de los que mejor se lo pasa es Alves, que ataca como siempre, pero no tiene las obligaciones defensivas habituales, ya que actúa como extremo.

No resulta difícil imaginar a Cesc Fàbregas dando gracias cada día, antes de acostarse, por su ansiado regreso al Camp Nou. En el Arsenal era feliz, es cierto, pero es que en el Barça está en el paraíso. Además, cuenta con la total confianza de su entrenador, que le deja moverse a sus anchas. Ataca por el centro, se escora a la derecha, cae a banda izquierda, lanza un desmarque en diagonal, marca un gol y da asistencias. Ya había hecho todo esto en la primera parte. Se ha convertido en un jugador total.

Osasuna llegaba a Barcelona con la intención de aprovecharse de las dudas que habían surgido en el Barça, sobre todo en el entorno, tras los dos empates consecutivos. Mendilíbar siempre ha recibido los elogios de Guardiola. Quizá porque es uno de los pocos técnicos que entiende el fútbol de una forma similar. No utiliza autobuses, sino que sale a presionar arriba a su rival para entorpecer la salida del balón. Con un Barça inspirado, cualquier planteamiento es inútil, pero si eres valiente te pueden ir muy mal las cosas. Osasuna no jugó mal, sus jugadores cumplieron, pero al descanso ya les habían metido cinco. Y, al final, ocho.

Con Busquets en el centro del campo y Puyol de regreso al centro de la defensa, el Barcelona recuperó su mejor versión en ataque y su habitual seguridad defensiva, extraviada durante unos días. El capitán inició la jugada del primer gol, como si fuera balonmano, abriendo al extremo para Alves, que cedió de primeras con la cabeza a Messi, autor del tanto. El argentino completó un partido excelso, con goles, pases de gol y dos palos. La «Pulga» le tiró una pared a Cesc para que marcara el segundo sin oposición poco después. Gesto que devolvió el de Arenys antes del descanso, en la jugada que supuso el 5-0.

Los once titulares del Barça rayaron a gran altura. Abidal actuó como tercer central, pero no le faltaron arrestos para subir por la banda izquierda cual gacela que atraviesa la sabana africana. Un pase largo del francés acabó en los pies de Villa, que estrenó su cuenta ante un desesperado Andrés Fernández. El «Guaje» también fue protagonista del cuarto tanto, que marcó Roversio en propia puerta tras un rechace.

El partido se había acabado hacía rato, pero el reglamento obligaba a jugar la segunda parte. Guardiola aprovechó la circunstancia para dar descanso a Xavi, Puyol y Abidal, pero la ambición de sus jugadores, en especial de Leo Messi, impidió que Osasuna pudiera despertar de su pesadilla. Antes de ser ovacionado por su afición, Xavi tuvo tiempo de marcar el sexto. Lo hizo con una vaselina preciosa tras recibir un no menos bonito pase de Messi de cuchara.

Como si le quisieran brindar la goleada a su entrenador, discutido en estos últimos días, los jugadores azulgrana no aflojaron ni un segundo y culminaron la mayor goleada de la era Guardiola en el Camp Nou. Villa, a placer tras jugada de Cesc, y Messi, situaron el 8-0 que disipa todas las dudas, si es que realmente habían existido en algún momento. Todo, con Busquets como medio centro. Si es que no parece tan difícil. De verdad, Pep.


«Les hemos pillado enfadados»
Después de encajar un 8-0, no hacen falta muchas explicaciones. El resultado habla por sí mismo. «Les hemos pillado enfadados, con esa mini crisis. Creo que ésta puede ser la diferencia real entre los dos equipos», comentó un cabizbajo Mendilíbar tras el encuentro. El técnico vasco recibió el apoyo de su colega catalán minutos después. «Me gustan los entrenadores como Mendilíbar, me siento identificado y aprendo mucho de ellos. La única diferencia es que yo estoy en el Barça», destacó Guardiola. Después de lograr cinco goles antes del descanso, los azulgrana no bajaron los brazos en la segunda mitad. «La mejor manera de respetar al contrario es tomárselo en serio», señaló Pep. «Hay gente a la que le interesa que yo esté enfadado, pero no es así», concluyó.


Ficha del partido:

8. Barcelona: Valdés; Mascherano, Puyol (Maxwell, min.55), Abidal (Adriano, min.46); Alves, Xavi (Afellay, min.61), Thiago, Sergio Busquets, Cesc; Villa y Messi.
0. Osasuna: Andrés Fernández; Marc Bertrán, Roversio, Rubén, Raitala (Cejudo, min.46); Damià, Lolo, Puñal (Timor, min.77), Lamah; Raúl García Ibra, min.63); y Nino.
Goles: 1-0, min.5: Messi. 2-0, min.13: Cesc. 3-0, min.34: Villa. 4-0, min.39: Raúl García (pp). 5-0, min.41: Messi. 6-0, min.57: Xavi. 7-0, min.76: Villa. 8-0, min.79: Messi.
Àrbitro: César Muñiz Fernández, del comité asturiano. Mostró cartulina amarilla a Villa (min.36), Lamah (min.43), Raúl García (min.48), Ibra (min.74) y Damià (min.86).
Incidencias: partido correspondiente a la cuarta jornada de la Liga, disputado en el Camp Nou del FC Barcelona, ante 70.549 aficionados, según datos facilitados por el conjunto catalán.