Cuba
Sesión de tarde tranquila por Paco Reyero
El único riesgo de agitación en el Congreso del PP era que una invasión de Marte a la Tierra comenzara por el palacio de Exposiciones y Congresos de Sevilla durante la configuración de la nueva dirección del partido. La abundante despensa de poder mitigó las escaramuzas congresuales. Bajo un ligero ambiente versallesco, apenas sobrevolaron unas cuantas flechas sueltas que llevaban la intención de dejar en evidencia la ambición ostensible de poder de Dolores de Cospedal. Las «activas informantes» de la secretaria general defienden su voracidad de mando, su estilo castellano-germánico-manchego e incluso exhiben la predicción de que será la elegida en el gineceo postrero de Rajoy, por encima de Soraya. Todo eso es anticipar un enfrentamiento, inventar una diatriba, sacudirse el muermo. Así que conscientes de que la «amenaza exterior» resultaba el único pequeño riesgo a valorar, en la oficina de organización del evento pegaron un par de folios con celofán a la pared. En ellos figuraban todas las manifestaciones previstas en la capital andaluza a lo largo del fin de semana, desde un encuentro de la Falange hasta la protesta de las trabajadoras de «ayuda a domicilio». Dentro, en el plenario azul, a la espera de la lista, el ambiente era de sesión de tarde en un cine de barrio. Ante la comparecencia de mediodía de José María Aznar (que despachó el compromiso en José María Aznar, pero sin acotar, como pasaba hasta tiempos recientes, a Rajoy), cientos de asistentes acudieron antes, y como se hacía en las butacas de los cines, colocaron jerseys, carpetas y bolsas para reservar algún sitio. La voz de Cospedal se apropió del vídeo dedicado a Fraga, dando paso «en off» a las opiniones de Rajoy, Aznar, Feijóo e, incluso, la de ella misma. En el tiempo que transcurrió desde el comienzo del documental-homenaje a Fraga (cerrado con su memoria escrita sobre un fondo negro: «Dirán muchas cosas de mí, pero solo soy el nieto de un gallego que emigró a Cuba y volvió para morir en su tierra») hasta la bajada del atril de Aznar quedó encuadernado todo el pasado del partido. En los últimos minutos de esta mañana de febrero, también en Sevilla como en el 89, la despedida definitiva de Fraga se soldó a la puesta a punto de la figura de Aznar. Ha habido que esperar a la recuperación del poder para recuperar el legado de su política y de su impronta. La figura del expresidente del Gobierno, ya tan lejano de su cargo, es el principal generador de un movimiento sísmico de prietas las filas entre los afiliados populares. Incluso dejó bendecido a Arenas: «Ahora, en Sevilla, digo que ha llegado el tiempo de Javier. Esta es mi confianza y mi deseo. Una confianza que está cargada de razones». El candidato andaluz se enfrenta, según una exageración histórica, a una renovada batalla de las Navas de Tolosa, crucial como si el PSOE-A arrastrara tantas diferencias con el PP-A como los reyes cristianos y los almohades.
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