Literatura

Cataluña

La herejía de San Sebastián

La periodista convierte a Federico II de Sicilia en protagonista de su tercera novela histórica, «Imperator»

San Sebastián, el viernes en Madrid
San Sebastián, el viernes en Madridlarazon

A Arnaldo Amalrico se le atribuye, preguntado en el sitio de Béziers cómo distinguir entre sus habitantes a católicos y cátaros, una respuesta ya célebre: «Matadlos a todos, Dios reconocerá a los suyos». Es en aquella Europa convulsa y sangrienta del siglo XIII donde Isabel San Sebastián ha ambientado «Imperator», su tercera novela histórica. La periodista y escritora –120.000 ejemplares ha vendido de sus anteriores obras, «La visigoda» y «Astur»– convierte a Braira, una joven occitana dotada para el Tarot, en protagonista de un viaje que arranca en 1209 por encargo de Federico II de Sicilia.
Asegura la autora que, «después de muchos años, cada vez me gusta más escribir y menos el periodismo», pero como buena periodista analiza el vínculo entre aquella época y la nuestra. «En todos mis libros hablo del poder. He vivido mi profesión de periodista en contacto con él, y en esta novela hay muchas apreciaciones sobre la forma de ejercerlo».
Y es que la Europa de aquel final del siglo XII y comienzos del XIII estuvo marcada por la religión y la política. «La aniquilación de los cátaros no tuvo nada que ver con el santo Grial ni María Magdalena, como mantienen algunas novelas, sino con una lucha de poder entre el rey de Francia y el papado que acabó con la destrucción de una próspera nación».
San Sebastián recorre en su novela desde Jerusalén a Roma, Sicilia, Egipto y Occitania, «la tierra de las mujeres en cuyos labios madura el fruto de la alegría». Y es que, más allá de tópicos, reparte cal y arena a los herejes: «Las mujeres en el catarismo eran perfectamente homologables a los hombres», cuenta, pero señala de estos cristianos rebeldes a la autoridad del Papa que «tampoco era la religión o herejía de la libertad que se ha pintado: era durísima, mucho más radical en sus exigencias que el catolicismo. Cualquier placer carnal era pecado».
Cuenta de Federico II, apodado «Estupor del mundo», que era «un personaje grandioso y fascinante»: viajaba con un zoo a cuestas –atravesó España con jirafas y leones–, dominaba seis idiomas y era «culto, versado en la astronomía y la alquimia, un guerrero valiente y un hombre despiadado, como todos en su tiempo. También era muy machista, aunque amó profundamente a su mujer, Constanza de Aragón». Y, sin olvidar que fue una época cruel y dura, lamenta que se hayan perdido valores entonces vigentes, como la lealtad o el sentido del honor, «que los poderosos de ahora han perdido».


Era Aragón, no Cataluña
Acostumbrada a encuentros y entrevistas con el poder, San Sebastián reconoce haberse inspirado en políticos actuales: «Mis personajes están inspirados en retazos de algunos que he conocido. Son como "frankensteins". Hoy, en las Cortes, cortezuelas y cenáculos se producen todas las situaciones que reproduzco». Y deja caer un apunte claro cuando habla de los viajes de Federico II por el norte de la Península Ibérica: «Por cierto, que entonces era el Reino de Aragón, nada de Cataluña. Lo dice la Historia».

 


Título: «Imperator».
Editorial: La esfera de los libros.
Autor: Isabel San Sebastián.
Precio: 22,90 euros. 504 páginas.