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Telefónica tiene las manos libres tras dar por extinguida su oferta a PT
Tras semanas de tiras y aflojas para hacerse con el control de la brasileña Vivo, Telefónica dio ayer por extinguida su oferta para comprar el 50% de la holandesa Brasilcel, participada a medias por la española y Portugal Telecom (PT) y propietaria, a su vez, del 60% de Vivo.
Así lo comunicó la sociedad que preside Alierta a la Comisión Nacional del Mercado de Valores pasadas las cinco de la madrugada de ayer, después de que el consejo de administración de PT solicitara este viernes una nueva prórroga hasta finales de julio para decidir sobre la operación. El plazo dado por la española para que aceptara su oferta de adquisición del 30% de Vivo expiró, precisamente, el viernes a las 24 horas. Esta operación contó desde un primer instante con el plácet del mayor accionista de la lusa, el Banco Espirito Santo. Pese a ello, las presiones ejercidas por el Gobierno portugués han dado al traste con la oferta de Telefónica por 7.150 millones de euros, que fue aceptada por el 75% de los accionistas de PT. Por eso fuentes próximas a la operación esperan posibles denuncias de los propios accionistas, que verán, seguramente, mermado el valor de sus acciones en las próximas jornadas. De hecho, PT ya retrocedió este viernes en la bolsa ante el temor del fracaso de la propuesta.La decisión de Telefónica de dar por extinguida su oferta por Brasilcel cierra, por ahora, un proceso que arrancó el pasado 6 de mayo, cuando hizo público un ofrecimiento de 5.700 millones por las acciones de Vivo, que rechazó el consejo de administración de PT con la excusa de que su parte en la operadora brasileña no estaba en venta. Acto seguido, Telefónica subió el precio a 6.500 millones y PT convocó su asamblea de accionistas, pese a considerar baja la cuantía. Pocas horas antes del inicio de la asamblea, la española replicó con su propuesta final de 7.150 millones, cifra que convenció a la mayoría de los accionistas. Fue entonces cuando el Gobierno portugués vetó el trato. Al conocer el resultado de la asamblea, optó por recurrir a su acción de oro para que PT no salga de Brasil.A partir de ahora se abren diversos escenarios. De entrada, Telefónica podría decidir la disolución de Brasilcel, sociedad conjunta que posee con PT y que controla el 60% de Vivo, tras su traumático divorcio con la compañía lusa. La multinacional española también podría esperar a que la cotización de la portuguesa caiga, después del fracaso de la operación, y lanzar una nueva oferta más económica. De momento, Telefónica prefiere guardar silencio, a la espera de diseñar su estrategia. Eso sí, no está dispuesta a tirar la toalla. Y es que la batalla por el control de la brasileña no ha hecho más que empezar.
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