Baltasar Garzón
La Policía no ve motivos para devolver a prisión a Usabiaga
La Audiencia Nacional sigue a vueltas con Rafael Díez Usabiaga. Cinco meses después de que el juez Baltasar Garzón acordara su puesta en libertad para que se hiciera cargo de su madre enferma, la suerte del ex secretario general estaba en manos de un informe policial que debía determinar si Usabiaga había incumplido las medidas cautelares impuestas por el magistrado, entre ellas la prohibición de participar en cualquier actividad «relacionada con el complejo terrorista liderado por ETA» o en actos de «enaltecimiento de la organización terrorista».
Ese informe –solicitado por la asociación Voces contra el Terrorismo y respaldado por la Fiscalía– ya ha sido remitido a la Audiencia Nacional y su conclusión no parece comprometer la libertad del líder abertzale. Y es que la Policía no tiene constancia de que Usabiaga haya incumplido las condiciones impuestas por el juez Garzón.
Ahora, será la Sección Cuarta de la Sala de lo Penal –que preside Ángela Murillo– quien decida si Usabiaga sigue en libertad (más que probable a la vista del informe policial) o vuelve a prisión. Y es que el juez Pablo Ruz –que sustituyó a Garzón al frente del Juzgado de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional– ya no es competente para conocer del asunto, una vez que cerró el pasado día 14 el sumario de Bateragune, en el que están procesados, entre otros, Usabiaga y Arnaldo Otegi por intentar reconstruir la ilegalizada Batasuna. Según confirmaron fuentes jurídicas, el escrito ya ha sido elevado a la Sala.
En el auto en el que Garzón acordaba la libertad bajo fianza de 30.000 euros de Usabiaga, el magistrado impuso al procesado la obligación de comparecer dos veces por semana en la comisaría de la Ertzaintza más cercana a su localidad, la prohibición de salir de España sin autorización y la necesidad de informar cada 15 días del «desarrollo del cuidado dispensado a su madre».
Pero es otra de las condiciones impuestas, la prohibición de participar en actos proetarras, la que ahora estaba bajo sospecha, sobre todo después de que el juez Ruz solicitase a la Policía, a instancias de Voces contra el Terrorismo, que investigase las actividades desarrolladas por Usabiaga, a quien el magistrado imputa un delito de integración en organización terrorista por su supuesta participación en el intento de reflotar a la ilegalizada Batasuna.
«Circunstancia humanitaria»
Garzón invocó para dejar en libertad al líder sindical abertzale los «especiales cuidados» que precisaba la madre de Usabiaga, aquejada de una «grave dolencia», lo que no dudó en calificar de «circunstancia humanitaria». Sin embargo, hasta la fecha no ha sido reconocido como «cuidador» de su progenitora, algo que solicitó hace más de seis meses acogiéndose a la Ley de Dependencia.
El supuesto cuidador de la supuesta dependiente
Algo más de seis meses estuvo Usabiaga en la cárcel. Garzón ordenó su ingreso en prisión el 16 de octubre de 2009 y el 26 de abril de este año salía. El motivo: tenía que cuidar de su madre, supuestamente dependiente, pero a la que no había valorado un médico ni poseía un certificado que lo acreditase. Es más, la primera cita con los Servicios Sociales para estudiar su caso la tenía el 3 de junio. Sin embargo, para dejarle en libertad Garzón se basó en un informe del Ayuntamiento de Lasarte, localidad en la que reside la madre, en el mismo edificio y piso que su hermana gemela y el marido de ésta. Desde entonces, poco se le ha visto y casi nada con su madre. Lleva cinco meses en la calle y muchos vecinos coinciden en que ni la ha cuidado ni la cuida, e incluso dudan de que sea dependiente.
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