El difícil sentido común

No es fácil pedir sentido común en una precampaña electoral. La política está condicionada por unas elecciones donde se vislumbra un cambio de grandes dimensiones y fundamental para afrontar la crisis, que es lo que realmente preocupa a los españoles. Uno de los elementos que caracterizan a Rajoy es, precisamente, el sentido común.

Tras estos ocho años que urge olvidar, se necesita un gobierno serio y eficaz que no cree problemas donde no existen como ha sucedido hasta ahora. En este sentido, es muy importante que CiU y PNV abandonen su nacionalismo uniformista y excluyente para plantear los retos que son fundamentales para el futuro de la sociedad.

El discurso de ayer de Mas, que era más partidista que institucional, no ayuda en esa dirección y adolece, precisamente, de ese sentido común que ha caracterizado históricamente a la sociedad catalana. El mensaje victimista es un error como lo es buscar el choque con el PP, que previsiblemente gobernará España, para conseguir un efímero e incierto rédito electoral.