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Jim Thompson el espía de la seda

Jim Thompson, el ex agente de la CIA que revolucionó la industria de la seda en Tailandia, cobra actualidad con una exposición en Bangkok sobre sus vivencias desde la tumultuosa etapa de la posguerra hasta que desapareció misteriosamente en Malasia.

La muestra hace un recorrido cronológico a través de recortes de artículos de periódicos, fotografías e imágenes de televisión entre 1946 y 1968, el año en que fue dado por muerto en un caso todavía por resolver.

En esas dos décadas, "Tailandia hizo una rápida transición de una sociedad agraria y anquilosada en sus tradiciones a una nación moderna e industrializada", señaló a Efe la directora artística de la galería, Gridthiya Gaweewong.

La retrospectiva destaca hitos en ese sentido como la única visita de los Beatles a Bangkok en 1964, o cuando un año después Apasra Hongsakula fue la primera tailandesa coronada Miss Universo.

Esa transformación del país ocurrió a pesar de la inestabilidad institucional que provocaron la muerte repentina de un rey, el ascenso al trono de su hermano y una sucesión de golpes de estado y regímenes militares.

"Pero eso fue precisamente lo que atrajo a Jim Thompson. Ese contexto político tan tumultuoso le ayudó mucho", explicó Gaweewong.

Tanto la Familia Real como los uniformados en el poder se convirtieron en mecenas del arte y la moda, y de ello se benefició directamente el arquitecto y espía.

Sin saber casi nada del país y no hablar una palabra del idioma, el estadounidense llegó a Bangkok justo después de la II Guerra Mundial para ocuparse de la nueva oficina de la CIA en la capital del entonces Reino de Siam.

El país se conmocionó en 1946 por la muerte del joven rey Ananda Mahidol, hermano del actual monarca, Bhumibol Adulyadej.

Aquella tragedia y el posterior ascenso al trono y coronación del hermano menor marcaron los años de la posguerra junto a las dictaduras de Phibun Songkhram y Tharit Dhanaraj y la cada vez mayor influencia de Estados Unidos.

De acuerdo a su biografía oficial, Thompson cambió el espionaje por los negocios a los dos años de llegar a Tailandia y se fijó en la seda, que por aquella época era un producto artesanal caro, laborioso y pasado de moda.

El norteamericano y sus socios locales fundaron la sociedad Thai Silk Company en 1947, que en un tiempo récord modernizó el proceso con tintes naturales y elevó la calidad de la tela hasta convertirse en multimillonario y el amo del sector.

Thompson elaboró una seda fina, lisa y más suave al tacto que la que habitualmente tejen las ancianas en el campo, y logró que funcionarios y diplomáticos promocionaran sus diseños luciendo vestidos tradicionales en actos oficiales.

Mientras tanto, se enamoró del país y su cultura hasta el punto de construir una réplica de una casa tradicional tailandesa que él mismo decoró, abrió al público y convirtió en un museo que ahora es uno de los lugares más visitados por los turistas en Bangkok.

Thompson ya era un filántropo cuando en 1967 fue visto por última vez dando un paseo por las colinas del norte de Malasia.

Algunos creen que fue asesinado por la guerrilla comunista que entonces operaba en la región, y otros sostienen que desapareció y regresó a EEUU con una nueva identidad porque alguien había descubierto que seguía trabajando para la CIA.

Tampoco se puede descartar que pudo haber sido devorado por animales salvajes en la jungla.

En cualquier caso, aquella misteriosa desaparición fue la mejor estrategia de marketing posible para la Thai Silk Company, que alcanzó renombre internacional, así como para la fundación que lleva su nombre y promueve el arte y la cultura tradicional de Tailandia en todo el mundo.