Ámsterdam
Patxi López busca un gesto de ETA para vender antes del 20-N
Espera un comunicado que anuncie el fin de la confrontación armada a cambio de los presos. Existe un plan preconcebido que comenzó con el alto el fuego
Existe desde hace meses un plan preconcebido, con unos pasos tasados, que comenzaron con la alto el fuego de ETA, a lo que siguió la legalización de Bildu y su participación en las elecciones municipales, según expertos antiterroristas, consultados por LA RAZÓN.
Ahora toca legalización de Sortu (la marca de Batasuna / ETA) y el asunto de los presos, con la nota que los reclusos hicieron pública el pasado día 23 (adhesión al «Acuerdo de Guernica») y la oferta, realizada ayer por el presidente del Gobierno vasco, Patxi López, de propiciar su acercamiento a centros penitenciarios de esta Comunidad Autónoma.
Fines electorales
El objetivo «oficial» de este plan sería el fin de las actividades criminales de la banda, e incluso, su desaparición. Pero no hay que olvidar que todo esto ocurre con unas elecciones generales convocadas, en las que los socialistas, si se cumplen lo que dicen las encuestas, podrían sufrir una derrota histórica. Está por ver la influencia que posibles decisiones de ETA pudieran tener entre los votantes, pero es un factor que debe ser tenido en cuenta.
El siguiente capítulo del guión podría ser, según las citadas fuentes, un comunicado en el que la banda terrorista, en la línea de lo anunciado el pasado día 15 por Txelui Moreno, uno de los portavoces de la llamada «izquierda abertzale» (Batasuna), abriera la posibilidad a «la superación definitiva de la confrontación armada» (a cambio de la liberación de los presos y la vuelta de los refugiados, por supuesto) con el consiguiente «desmantelamiento de las estructuras militares de la organización» (ETA). Aunque no fuera el final, supondría, sin duda, una buena baza.
Las palabras de Patxi López fueron acogidas favorablemente, tanto por Bildu, como por la «izquierda abertzale», que se apresuraron a proclamar que «iban por el buen camino», tanto en lo relativo a los presos como a la posible legalización de Sortu.
Es «un paso en la buena dirección», pero «a todas luces insuficiente. Patxi López se acerca a lo que la gran mayoría social del país reclama, pero sus palabras mantienen todavía el lastre de dos años de inmovilismo», subrayaba la nota de la «izquierda abertzale», que exigía «la desactivación de la criminal política penitenciaria» de manera «inmediata e incondicional».
Entidad holandesa
Las mencionadas fuentes llaman la atención sobre el importante papel que en este nuevo «proceso» está jugando el Dialogue Advisory Group, una entidad de mediación de conflictos, con sede en Amsterdam. Dos de sus miembros forman parte de la «Comisión Internacional de Verificación del Alto el Fuego» que se dio a conocer el miércoles en Bilbao. Se trata de Fleur Ravensbergen, que actúa de coordinadora, y Ram Manikkalingan, de Sri Lanka.
Este grupo realizaría un papel semejante al que jugó la Fundación Henri Dunant durante las negociaciones de 2006-2007, sin que ello suponga que la entidad suiza no participe ahora en el intercambio de mensajes entre ETA y sus interlocutores, tal y como adelantó LA RAZÓN.
«Están ocurriendo muchas cosas, a una cierta velocidad y con una innegable coordinación, lo que supone la existencia de un plan preconcebido», señalaron los expertos consultados. De aquí al 20 de noviembre, fecha de las elecciones, todavía «tenemos que ver muchas cosas», aventuraron. Otra cosa es lo que ocurra después de los comicios, cuando los gestos de ETA no tengan relevancia electoral y la banda haya logrado posibles avances.
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