Málaga
Antonio Montes: «La muerte no debería mejorar a nadie»
Profesión: economista y escritor.Nació: en 1980, en Málaga.Por qué está aquí: presenta su novela «El grito» (Siruela), premio de Novela Café Gijón 2010.
–Consiguió el Premio de Novela Café Gijón con «El grito». ¿Qué grita?
–Grita contra la hipocresía, básicamente.
–¿Y que le apetece gritar a usted, si es que tiene ganas de gritar algo?
–No soy persona de gritar mucho, pero grité de alegría cuando me comunicaron que había ganado el premio. ¡No me lo creía!
–Dicen que en este país se grita poco para todo lo que está pasando...
–Sí, se grita poco. Estamos en la sumisión y el pasotismo. Nos hemos acomodado y no queremos perder la postura. No protestar es malo aun cuando las cosas van bien.
–Su novela transcurre en un velatorio. ¿Le gustan los velatorios?
–No. He ido a demasiados.
–¿Le gustaría ser el muerto en el entierro para...?
–Para ver quiénes están y qué dicen de mí.
–No habría sorpresas. Aquí, por muy mal que lo hayan hecho, los muertos siempre salen a hombros...
–Es una gran frase. Yo creo que conviene hablar mal de los muertos que han sido malos. La muerte no debería mejorar a nadie.
–Tratándose de un velatorio, es normal que emplee el humor negro...
–Sí. Reírse de la muerte es la mejor forma de perderle el miedo. Además, creo que no deberíamos esconderla, como se hace ahora en las ciudades.
–Dígame eso tan bonito de que no creía que le iban a premiar...
–Se lo digo porque es verdad. Escribí esta novela pensando que se iba a quedar en el cajón, como las otras. Me salió bien porque pensaba que nadie me iba a leer. Ya no me volverá a pasar. Quizá sea una pena.
–Es economista. ¿La economía y la literatura tienen algo en común?
–Están relacionadas: ambas tratan de explicar el caos y ninguna de las dos lo consigue. Bueno, lo explica un poco mejor la literatura.
–No sé si ve alguna solución a la crisis...
–No la tiene nadie. Todos están dando palos de ciego.
–Por curiosidad, ¿para qué le sirven a Zapatero sus 300 asesores económicos?
–Cada uno le dará una opinión distinta y él elegirá la que más le guste y convenga, que quizá no sea la mejor. Los mejores economistas son las amas de casa; quizá debería consultarles a ellas.
–No han quedado muy bien los economistas en esta crisis...
–Hemos quedado con el culo al aire, cosa que viene muy bien para bajarnos los humos.
–Nos los bajaron definitivamente con la Ley Antitabaco...
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