Libros

Fotografía

Es Bulgari vulgar

La Razón
La RazónLa Razón

Dicen que el Festival de Venecia este año está algo apagado y muy de andar por casa, con los del cine deambulando en chanclas y bermudas pasándose el «glamour» por el forro del chándal. Que hasta los dry martinis del «Harry's Bar» muestran un pasmo congelado pensando en mejores tiempos pasados. Con un tipo como Quentin Tarantino como presidente de un jurado canalla e informal, a la espera del estreno de la esperada «Balada triste de trompeta» de Alex de La Iglesia –que mantiene la intriga hasta el último minuto con el montaje final– hasta ahora por allí sólo ha pasado un ángel, léase la alambicada belleza de Natalie Portman como un cisne negro con tutú y zapatillas de ballet moviendo su naturaleza etérea en «The Black swan». Tal vez por el tedio, quizá por el miedo a que la ciudad se hunda un poco más bajo las aguas, ha habido lugar para contemplar desde las góndolas el escándalo ingenuo y fuera de lugar.
Esta vez lo protagoniza una actriz, pero fuera del cinematógrafo. Es un gran anuncio de Bulgari donde Julianne Moore aparece semidesnuda, tapada por un bolso de la casa y dos cachorros de león sobre sus pechos. El alcalde de Venecia, don Giorgio Orsoni, quiere prohibirlo poco menos que rasgándose las vestiduras, como un atentado obsceno a la estética de la ciudad de los canales. ¡En la Venecia renacentista en la que el desnudo en sí podía ser considerado una de las bellas artes! Cuando la imagen no puede ser más casta y rendida al canon del clasicismo. Siendo la Moore ya mujer talludita que no enseña nada, salvo algo de piel de mórbida palidez donde habitualmente está cubierta de pecas. El problema es que tapa uno de esos palacios que tienen que buscar dinero de cualquier parte para poder ser restaurado. Pero lo que nos quedaba por ver ¡tachar a la requetefinolis marca Bulgari de vulgar y desvergonzada! Se empieza así y acabarán pareciendo pornográficas las mismísimas obras de Tiziano o Miguel Ángel. Salvando las distancias, claro.