Huesca

No tan blanco

La Razón
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Ahora que estamos todos de acuerdo en que los controladores aéreos se cubrieron de basura con su absentismo salvaje y merecen rendir cuentas, cabe hacer memoria de hechos recientes y preguntarse: ¿de verdad habrá sanción para los empleados que abandonaron sus puestos por las bravas? El pasado mes de julio –cuando la última revuelta–, el ministro Blanco «desveló» que un médico familiar de un controlador de El Prat había firmado un montón de bajas falsas. Aireó la prueba de cargo en la prensa y anunció sanciones y despidos. ¿Los hubo? No consta. El Gobierno anunció que sacaría de inmediato a concurso los servicios de control aéreo para que pudieran operar empresas privadas «antes de fin de año». ¿En qué quedó?, ¿dónde están los proveedores privados? El Gobierno anunció que los controladores militares estaban ya preparados (mes de julio) para hacerse cargo de las torres. Hoy sabemos que ni lo estaban, ni lo están, ni van a estarlo. No le niego bemoles al ministro Blanco en este conflicto, pero su trayectoria anterior como propagandista de partido, su brillante ejecutoria de forjador de consignas y apedreador verbal del adversario me obliga a poner en cuarentena su relato y hasta sus datos. Si en la productividad de los controladores se incluyen aeropuertos como Logroño o Huesca, entiendo que el indicador resulte escuálido. En los once meses que han transcurrido desde el primer pulso hasta el Estado de Alarma declarado ahora, echo de menos una convocatoria de empleo público de AENA. Si la plantilla de controladores se queda corta, ¿por qué no ha aumentado? He escuchado a tantos periodistas decir estos días que son los mismos controladores los que impiden que se contrate a más gente que casi me lo he creído. No es verdad. La empresa pública puede contratar cuantos le venga en gana. En su día prefirió acotar plantilla parcheando turnos con horas extra; los controladores siguieron el juego porque esas horas engordaban notablemente su sueldo; sólo cuando el número de operaciones –y aeropuertos– empezó a multiplicarse, la añagaza de las horas se convirtió en un problema para ambas partes. Los tres decretos del Gobierno tienen un mismo objetivo: modificar las condiciones laborales para cubrir más servicio con la misma plantilla. Aceptando que el Gobierno tiene que rebajar costes fijos y que está en su competencia legal hacerlo, admitamos también que ha anulado el convenio a sus empleados y les ha modificado la jornada tres veces en tres decretos. Será legal, pero es una anormalidad. Cuando el Consejo de Ministros desplaza a la dirección de AENA en la toma de decisiones, cuando Defensa ha de asumir el control aéreo, los responsables de AENA han sido relevados de facto en sus cometidos, razón más que suficiente para que pongan ya sus cargos a disposición del ministro. Ahora que todos estamos de acuerdo en que los controladores se han cubierto de basura, ¿empezamos a recordar quiénes han sido los presidentes de AENA desde 1997, y quiénes han sido los ministros (y ministras) de Fomento?