Grecia
Sin «plan B» ante un crack griego
Cuanto más dure la agonía de Grecia, más caerán los mercados y menos confianza habrá entre los inversores. La fuga de capitales sigue siendo una constante diaria en los índices europeos, que ven cómo el futuro del euro se enturbia por momentos y nadie es capaz de arreglar la situación. El Gobierno heleno no tiene capital para pagar a sus proveedores, y menos aún los vencimientos de deuda
Los principales perjudicados de la quiebra helena serían los bancos, especialmente los franceses, que ayer lideraron otra vez las caídas en las principales plazas europeas. Según el último informe de Goldman Sachs, publicado por LA RAZÓN el pasado lunes, el sector financiero europeo acumula una exposición de 83.300 millones de euros a la deuda de la economía helena. La banca francesa es la principal acreedora de Grecia y se juega nada menos que 9.900 millones de euros.
Así, los bancos galos fueron los que más se hundieron ayer en bolsa. Entre ellos, BNP Paribas, Crédit Agricole, los dos con mayor exposición a la deuda de la economía helena (41.100 millones), y Société Générale se hundieron más de un 10% en el parqué bajo la amenaza de un recorte de rating por parte de Moody's que podría producirse esta semana. Como consecuencia, el índice francés fue ayer el más bajista del viejo continente, con un descenso del 4,03%. El Ibex 35 tampoco evitó los recortes y se dejó un 3,41% con fuertes recortes en el sector financiero. La prima de riesgo de España –diferencial con Alemania– se fue hasta los 359 puntos básicos, el máximo registrado desde que el BCE inició la compra de bonos españoles e italianos en el mercado secundario. La de la deuda transalpina, por su parte, se disparó hasta los 380 puntos.
Grecia no podrá cumplir
Como ya sucediera en junio, Grecia ve que no va a poder cumplir con la reducción de déficit comprometida (un 7,6% del PIB para este año), y que le abrió las puertas al primer rescate europeo de 110.000 millones de euros aprobado el pasado año. Por ello, en el aire no está sólo el desembolso del sexto tramo de ayuda externa de 8.000 millones de euros que esperaba para este mes, sino que también se complica así el segundo rescate negociado el pasado julio, y en el que los gobiernos europeos y la banca participan con 160.000 millones.
Esta ayuda está sujeta al compromiso de que Grecia cumpla al pie de la letra un programa de reformas y privatizaciones para recaudar unos 78.000 millones de euros hacia 2015.
El riesgo de que Grecia termine por quebrar es cada día mayor, lo que tendría consecuencias catastróficas para una eurozona extremadamente vulnerable y en riesgo de volver a entrar en recesión. Ayer, el secretario de Estado de Finanzas heleno, Filipos Sajinidis, puso en marcha la cuenta atrás al decir que al país se le acabará el dinero para pagar sueldos y pensiones en octubre.
Nuevo examen
A finales de esta semana, la Comisión Europea (CE) enviará a sus expertos para volver a discutir con los griegos su plan para cumplir los objetivos de déficit para este año y el próximo. Esta misión preparará el terreno para la llegada de los expertos del FMI y del BCE, con quienes forma la llamada «troika», y que es la encargada de autorizar el desembolso de los 8.000 millones de euros que pueden evitar la debacle.
Para ello, la «troika» analizará si los 2.000 millones de euros que se recaudarán con el nuevo impuesto a las propiedades inmobiliarias presentado este domingo serán suficientes para cubrir el desfase, o si Grecia deberá dar una nueva vuelta de tuerca a los bolsillos de su población.
Por último el secretario de Estado para la Unión Europea, el español Diego López Garrido, reclamó ayer la emisión de eurobonos para hacer frente a la crisis de deuda, una medida que ha sido rechazada Alemania, y sostuvo que se trataría de una «contrapartida» a la reforma de la Constitución aprobada por España para inscribir el principio de estabilidad presupuestaria.
Agencia Europea de Deuda en octubre
Respecto al plan de ataque global para la crisis, el presidente de los líderes europeos, Herman Van Rompuy, propondrá a mediados de octubre nuevas medidas para mejorar la coordinación entre los países de la eurozona, un reforzamiento de las instituciones europeas y de las reglas de disciplina fiscal, así como avanzar en la integración fiscal. Entre los principales proyectos, la Unión Europea se prepara para crear una Agencia Europea de Deuda que podrá emitir bonos respaldados conjuntamente por todos los países de la eurozona.
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