Sitges

Mordiscos vampíricos que no dejarán marca

«The Moth Diaries» y «Livide» revisan el género sin ingenio 

Una escena de «Livide», de los franceses Alexandre Bustillo y Julien Maury
Una escena de «Livide», de los franceses Alexandre Bustillo y Julien Maurylarazon

Qué fácil es para muchos rodar películas sin tener ni idea de cómo hacerlo. Aquí en Sitges, los hay que ni siquieran respetan las leyes vampíricas. Por ejemplo, he ahí la ñoñez de Mary Harron, la directora de «American Psycho», que presenta esta vez «The Moth Diaries». Una historia de vampirismo ambientada en un internado femenino de hoy en día. La protagonista se llama Lucy y se cita al «Drácula» de Stoker, incluso la trama es igual, sólo que en femenino. Pero, para quedarse con Mina, esta «Drácula» se carga a Lucy y, como es una historia lésbica, también se cita a «Carmilla». Vale, pero se supone que los vampiros no se exponen a la luz del día ni se bañan. Pues en esta película, sí. Y aun así, todo resulta predecible desde el primer fotograma. No es la única cinta de las proyectadas ayer que transgrede sin ton ni son y por pura torpeza las leyes vampíricas: en «Livide», de Alexandre Bustillo y Julien Maury, el sol les quema... pero también les cura. Lo peor es que los vampiros actúan como zombies hambrientos que, literalmente, devoran. Nada de la sutileza clásica del mordisco en el cuello.

Barullo sangriento

La historia está además inmersa en un barullo con una asistenta médica, una asesina de niños que busca su sangre, vampiros, una casa misteriosa y unos ladrones en busca de un tesoro: todo narrado a golpe de flashes explicativos. Un auténtico horror, una borrachera de sangre sin pizca de esa imaginación que había en las películas clásicas. No mejora la cosa con «A letter to Momo». Según explicaron en el certamen, la gracia de traer a Sitges la película de animación del japonés Hiroyuki Okiura es que está creada con lápiz y papel, sin ordenadores. Bien hecho. Así se estrenó en 1939 «Blancanieves y los siete enanitos». ¿Tanto ha retrocedido el cine? Porque, más allá del supuesto mérito, la cinta no tiene mucho sentido. Y más productos para el olvido en la jornada de ayer: «Carre Blanc», de Jean-Baptiste Léonetti. Para mostrar lo deshumanizado que es el mundo, los ejecutivos que quieren medrar patean al débil hasta matarlo. ¡Y venga golpes hasta el hartazgo!

 

El Vigalondo más divertido
Por fin, un soplo de aire fresco: «Extraterrestre», de Nacho Vigalondo (en la imagen) y producida por Antena 3. Una comedia que roza la astracanada en el mejor sentido de la palabra. En la sala se escucharon risas gracias a sus diálogos ingeniosos y sus situaciones y personajes, magníficamente dibujados por sus protagonistas, actor y actriz, ambos en estado de gracia. Vayan a verla.