Barcelona
Insumisión
El presidente del Gobierno quiere tranquilizar a los catalanes que se han enfadado con la sentencia del TC, como si fuera posible enmendar la plana a la institución que tiene la última palabra en discusiones sobre la constitucionalidad o no de algo, el Estatut en este caso. La explicación más plausible es que le preocupa muchísimo perder alguno de los 25 diputados del PSC que le dieron el triunfo en 2008. Para evitarlo se ha plantado en Barcelona y se ha comprometido a propiciar una serie de acciones que, de llevarlas a efecto, lo convertirían en un insumiso. En lugar de acatar la resolución, como es su obligación, e intentar que sea asumida, enciende el fuego y opina que el dictamen ha roto algunas cuestiones fundamentales, como el respeto a los simbolos identitarios: lengua o bandera. El TC dejó meridianamente claras cuestiones importantes y, sin embargo, Zapatero está dispuesto a explorar vías alternativas a través de leyes orgánicas para esquivar sus decisiones. Lo anunciado ayer por Zapatero es puro disparate, porque ha pedido a los catalanes que confíen en su colaboración para incumplir lo decidido por el TC, es decir, incita a las instituciones catalanas al incumplimiento de la Ley. Dice el líder socialista que Cataluña debe ser escuchada, ¿y por qué no el Pais Vasco, los antiabortistas o los funcionarios? Decía alguien que con las cosas de comer no se juega, y tras la sentencia que avala la independencia de Kosovo nuestro presidente debería tener más cautela en sus pronunciamientos, aunque por ello pierda algún diputado en Cataluña.
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