Moscú
Stalin arrojado(otra vez) del templo
Sorprendido por la invasión alemana, el dictador ateo no dudó en usar la religión para animar a la resistencia.
Moscú- Un icono con la imagen del dictador soviético Iosif Stalin, educado en un seminario georgiano, tuvo que ser retirado de una iglesia moscovita tras provocar el rechazo popular. «Lo hemos tenido que devolver a la persona que lo cedió al templo debido al escándalo que se ha organizado», explicaba ayer a Efe una de las empleadas de la pequeña Iglesia de San Nicolás, que se encuentra a unos pocos cientos de metros del Kremlin.
La presencia de la imagen de Stalin con su inseparable uniforme militar y botas altas acompañado por la Santa Matrona Nikonova de Moscú, una monja ciega beatificada por la iglesia ortodoxa rusa, fue denunciada por el diario ruso «Moskovsky Komsomolets», que la calificó de nuevo intento de rehabilitar la figura del tirano y sus crueles métodos de gobierno.
«Los moscovitas rezan por Stalin», titulaba el diario sensacionalista en su edición del jueves, mientras en páginas interiores describía al dirigente soviético como «uno de los gobernantes más sangrientos de la historia de Rusia».
El icono representa el histórico encuentro que, según la leyenda, tuvo lugar entre la Santa Matrona y el máximo dirigente soviético en 1941 tras la invasión de la Unión Soviética por el Ejército alemán.
Supuestamente, aunque la iglesia rusa lo niega, Stalin se decidió a hablar con la monja en busca de consejo sobre si debía permanecer en Moscú ante el imparable avance de las tropas hitlerianas.
La santa recomendó a Stalin que permaneciera en la capital, ya que de lo contrario ésta caería en manos del invasor, consejo que él siguió al pie de la letra.
«Deje que todos se vayan de Moscú y usted quédese», podría haber aconsejado la Matrona al dictador, lo cual a la postre sería crucial en la victoria sobre Hitler. Además, la monja podría haber profetizado la victoria del Ejército Rojo sobre el Nazi en la Segunda Guerra Mundial, lo que ha sido negado rotundamente por los historiadores. «El gallo rojo derrotará al gallo negro», habría profetizado entonces la monja, según la hioriografía comunista de la época.
El icono, que muestra varias escenas de la vida de la Matrona, entre ellas el encuentro con Stalin, estuvo colgado en un sitio preferencial de la iglesia de San Nicolás durante varias semanas. «El abad del templo es quien decide las imágenes que se colocan entre sus muros y también cuándo se retiran», subrayó la empleada de la pequeña parroquia, que está escondida entre los edificios de la Biblioteca Lenin.
El caso del pope estalinista
- Un escándalo similar ocurrió en 2008 cuando otro pope colgó un icono de la Matrona junto a Stalin en una iglesia de la región de Leningrado y la jerarquía le ordenó retirar. «La historia sobre la Matrona y Stalin es cierta. Yo conocí a algunos de los testigos del encuentro», se justificaba el pope Yevstafi Zhakov, que fue degradado y trasladado a otro lugar. El pope no se arrepiente y ha creado un santuario dedicado a Stalin en su propia casa, que se ha convertido en lugar de peregrinación para los estalinistas. La Iglesia siempre ha sido crítica con la figura de Stalin, ateo declarado y que ordenó destruir numerosas iglesias, entre ellas la Catedral de Cristo de Moscú, sustituida por una piscina pública.
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