Ceuta
El Rey llama a Mohamed VI para que rebaje la presión sobre Ceuta y Melilla
Don Juan Carlos trató de poner fin a la escalada de tensión con Rabat para que la «excelente relación» no se resienta.
Su Majestad el Rey llamó ayer a Mohamed VI para tratar de rebajar la tensión impuesta del lado marroquí en la frontera de Ceuta y Melilla. En menos de un mes, el régimen alauí se ha esforzado por buscar las cosquillas al Gobierno de Rodríguez Zapatero a través de varias denuncias contra la Policía española por «actitudes racistas» que han desembocado en la mediación real.
Un portavoz de la Casa Real declaró a este periódico que la intención de Don Juan Carlos era «poner fin a la escalada de comunicados y manifestaciones que pueden perturbar una excelente relación que se ha logrado a través de grandes esfuerzos por las dos partes». La misma fuente destacó que se trata de evitar «que se complique la situación» en un tema tan sensible en el que Mohamed VI tiene la última palabra.
Al cierre de esta edición llegaba el primer «gesto» del lado alauí. La agencia oficial de noticias MAP informó de que los dos monarcas han acordado reunirse «en un próximo encuentro informal» para superar los malentendidos.
Aunque los dos monarcas «constataron el excelente clima» por el que pasan los lazos bilaterales, lo cierto es que desde la expulsión de la activista saharaui Aminatu Haidar a Lanzarote en noviembre pasado Rabat se ha dedicado a tensar la cuerda con España en un intento de reabrir capítulos como el de Ceuta y Melilla o el Sáhara.
«Nada habitual»
Fuentes diplomáticas valoraron a LA RAZÓN que la iniciativa del Rey no es «nada habitual», ya que suele ser Mohamed VI quien trata de comunicarse directamente con Don Juan Carlos «saltándose» al Gobierno español y obviando que las competencias constitucionales del monarca español no coinciden con las del alauí. Además, aunque la Casa Real insiste en que la cercanía entre los dos soberanos («como si fueran tío y sobrino») facilita siempre las cosas, la sintonía de Don Juan Carlos con Hassan II era mucho mayor, según destacan los analistas.
La llamada de ayer, tan sólo 24 horas después de que el Rey despachara con Zapatero en el Palacio de Marivent en Palma de Mallorca, demuestra bien a las claras la preocupación del Gobierno por una crisis que ha tratado de rebajar desde el primer momento dejándolo en manos del Ministerio del Interior.
«Ningún problema»
Horas antes de la llamada de Don Juan Carlos a Mohamed VI, la secretaria de Política Internacional y Cooperación del PSOE, Elena Valenciano, aseguraba en una entrevista con Ep que no cree que las quejas del Gobierno marroquí a la actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en la frontera hayan abierto una «crisis» con el reino alauí y se mostró confiada en que la tensión se resuelva «en estos días».
Según Valenciano, el Gobierno le trasladó que «no detecta ningún problema grave» con Marruecos. Lo detecte o no, es evidente que al Ejecutivo de Zapatero no le conviene en estos momentos un conflicto abierto con Rabat. El PSOE siempre se ha jactado de manejar las relaciones bilaterales con el vecino del sur mucho mejor que el PP y estas provocaciones lo ponen en tela de juicio.
No es nuevo que Rabat aproveche la debilidad del inquilino de La Moncloa para ganar terreno, pero fuentes diplomáticas consideran «inexplicable» que el Gobierno no haya llevado a cabo actuación alguna para responder a las acusaciones contra la Policía de Ceuta y Melilla. Pese a que la llamada de Don Juan Carlos cuenta con el «beneplácito» de Zapatero, no es menos cierto que cuando se produzca el «deshielo» gracias a la mediación real el Ejecutivo no podrá apuntarse ningún tanto.
El conflicto
Embajador «fantasma»
- Ahmedu Uld Suilem recibió el placet del Gobierno español en mayo como nuevo embajador marroquí en España. Sin embargo, aún no ha ocupado su cargo. La falta de un representante del reino alauí dificulta aún más la comunicación entre ambos países.
Primera queja oficial
- El 16 de julio Marruecos denuncia «maltrato policial» en la frontera de Melilla contra cinco jóvenes marroquíes.
Segunda queja
- El 2 de agosto las autoridades del país vuelven a denunciar una agresión en la frontera.
Tercera queja
- El 6 de agosto denuncia el supuesto abandono de ocho subsaharianos en «estado de salud crítico» frente a las costas de Marruecos.
Cuarta queja
- El 7 de agosto hablan de «peligroso giro racista» al denunciar dos nuevas agresiones en la frontera.
Carta de protesta desde Senegal
No sólo el Gobierno de Marruecos envía quejas oficiales al presidente del Ejecutivo español. El Club de Jóvenes Saharauis en los países del África subsahariana, una asociación promarroquí con sede en Senegal, ha remitido una carta de protesta a José Luis Rodríguez Zapatero por las supuestas «agresiones racistas» de la Policía española, informa Map. «Condenamos con vigor las agresiones racistas de la Policía española contra nuestros compatriotas en el paso fronterizo de la ciudad ocupada de Melilla», reza la misiva, que añade que «expresamos nuestra indignación ante el abandono de inmigrantes en peligro». Y manifiestan su «profunda decepción» ante estas actuaciones «contrarias a los principios de los Derechos Humanos».
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