OPINIÓN: Somos menos

Por primera vez desde la Guerra (in)civil somos menos. Las primeras estimaciones del censo señalan que en Catalunya ahora hay 1.802 personas menos que el año anterior.

Bueno…, para ser exactos nosotros, los hombres, somos menos, las mujeres, no. Ellas han continuado crecido en número. No es nuevo, tanto es así que por cada 100 hombres hay 103 mujeres básicamente porque de promedio ellas viven unos dos años más que los hombres y eso se cuenta.

Perdemos población porque perdemos gente joven, mayoritariamente emigrante, que se va porque la crisis económica le niega las oportunidades buscaban cuando llegaron hace poco y tampoco tiene aquí una red familiar o social que le ayude a sostenerse.

Ese es un fenómeno negativo. La llegada de esa población joven durante la última década rejuveneció nuestra sociedad, por eso si alguien se alegrara ahora creyendo que su salida es un alivio momentáneo para las tensiones que están sufriendo los servicios públicos o la falta de empleo, que se lo quite de la cabeza, es un problema.

El primero de ellos es que no sólo somos menos, sino que además como sociedad envejecemos más rápido. Y ese envejecimiento conlleva que el estado de bienestar a medio plazo será más difícil de sostener, si no se rompe esa tendencia.

Para conseguirlo será necesario superar la crisis. Pero con eso no bastará. Sin servicios que permitan conciliar vida y trabajo de mujeres y hombres, la natalidad no crecerá y sin ese crecimiento el declive poblacional se profundizará. Así pues resulta imprescindible que, con crisis o sin ella, las políticas que la hagan posible no se vean afectadas por esa fiebre reduccionista.