País Vasco
El Gobierno no cree que cambie «nada» tras el comunicado
El Gobierno cierra las puertas a cualquier tipo de verificación «formal o informal» de la tregua, tal y como demandan los etarras en su último comunicado publicado ayer en el diario «Gara», en el que piden al Gabinete de Zapatero que permita una verificación «informal» del alto el fuego «permanente, verificable y general» declarado el pasado 10 de enero.
En ese sentido, advierte de que son las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado las únicas encargadas de verificar «lo que se mueve» en la banda.
Tras conocer el comunicado, el Gobierno insiste en que la única declaración que espera de ETA es la de la entrega de las armas y la de la renuncia definitiva de la violencia. Hasta que no llegue ese momento, mantiene intacta su política antiterrorista y su visión sobre la izquierda abertzale. Fuentes gubernamentales consultadas por este diario puntualizan que la declaración de ayer de la banda no modifica prácticamente en «nada» el escenario actual.
Para el Ejecutivo, los terroristas continúan sin abandonar definitivamente la violencia y, por ende, sin entregar las armas y la izquierda abertzale prosigue, por tanto, sin convencer a los tribunales de que Sortu no es Batasuna. «Con este comunicado, desde luego, no ayudan a Sortu en su camino de regreso a las instituciones democráticas», según fuentes gubernamentales.
Otras fuentes consultadas dan por sentado que la declaración demuestra que el Gobierno «está haciendo bien las cosas» al seguir con su política antiterrorista, es decir, continuar deteniendo a los comandos. Precisamente, esta política antiterrorista ha puesto, según estas fuentes, a la banda al borde de su extinción. El Gobierno considera que la organización terrorista está maltrecha y dividida, «lo que no significa que no pueda atentar». En este contexto, el Ejecutivo seguirá manteniendo la guardia alta y la presión sobre ETA. Mientras, advierte a Batasuna de que si quiere concurrir a las elecciones municipales y autonómicas del próximo 22 de mayo deberá desmarcarse totalmente de la banda terrorista, mientras ésta no desaparezca, algo que, de momento, no parece que vaya a ocurrir.
Pese a ello, el Ejecutivo, que ayer prefirió mantener un calculado silencio en público, sigue pensando que «estamos en el principio del fin de ETA». «El fin de la organización está cada día más cerca y ahora debemos tener la calma suficiente para no dar un paso en falso que ponga en riesgo la consecución de este objetivo», avisan fuentes gubernamentales.
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