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Marruecos

Riesgos para la apertura

La Razón
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El brutal atentado cometido el jueves en Marraquech, sea obra o no de islamistas, va a condicionar la prometida apertura política en Marruecos. Hacía ocho años que se creía desaparecido el terrorismo islamista en el país que tuvo un precedente aterrador en una cadena de atentados suicidas en Casablanca, en mayo de 2003, en los que murieron 45 personas, entre ellas cinco españolas, en la Casa de España y en varios hoteles y restaurantes.
En España sufrimos el 11-M de 2004 el peor atentado de nuestra historia con explosiones en varios trenes en Atocha y estaciones cercanas que causaron cerca de dos centenares de muertos y heridos y nunca fue reivindicado, aunque la Policía detuvo a un grupo de marroquíes que fueron sometidos a juicio.
El Gobierno de Zapatero ofreció ayer a Rabat enviar un equipo de expertos para intentar averiguar los más posible de los autores del atentado en Marraquech, que no ha sido reivindicado todavía por nadie. Marruecos, como el resto de los países del norte de África, esta viviendo una revolución pacífica de sus ciudadanos desde comienzos de año que intentan recuperar las libertades y los derechos democráticos además de una mejor situación económica.
Los jóvenes del Movimiento 20 de Febrero que protagonizan las protestas sociales pacíficas desde comienzos de este año están consiguiendo que el rey Mohamed VI se comprometa a realizar reformas en varios campos y cambiar los textos constitucionales para dejar parte de su poder y establecer una monarquía que reine pero no gobierne.
El atentado del jueves, en el lugar más emblemático del turismo en Marruecos, corre el riesgo de frenar la apertura que tanto estaba ilusionando a buena parte de la sociedad marroquí.
La quincena de muertos por la explosión eran en su mayoría extranjeros turistas.