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El «Tea Party» vence también en Florida
El republicano Marco Rubio nunca ha perdido la sonrisa desde que entrara en campaña. Atrás quedan los tiempos difíciles cuando decidió apoyar a Huckabee y no a John McCain en la carrera a la Presidencia; también cuando su rival de primarias, Charlie Crist, advertía a los que le ayudaran que nunca tendría oportunidades dentro del partido republicano nacional.
Ahora ha llegado su momento: «A partir de mañana voy a ser igual que siempre. Porque no he cambiado mi discurso ni mis principios desde que empecé y eso es lo que quiere América».
Nunca pierde la compostura, Rubio llegó al hotel Biltmore en Miami y se dio un baño de masas. Horas antes, decenas de sus votantes, entre ellos muchos cubanos, estuvieron bailando canciones como «Me sube la bilirubina». En el lujoso alojamiento, le acompañaban Jeff Bush, hijo y hermanos de presidente y ex gobernador de Florida, y numerosas autoridades políticas del estado.
La historia personal de Rubio ha calado en el electorado hispano. Su padre trabajó de camarero y su madre limpió miles de habitaciones de hotel para sacar adelante a su hijo. Tras terminar el instituto y lograr una beca de fútbol que le permitió ir al Santa Fe Community Collage, se graduó en Ciencias en la Universidad de Florida. Pero además realizó un doctorado, cum laude, en la Universidad de Miami. Rubio es el ejemplo perfecto del sueño americano, aquel que si trabaja duro se le abren miles de puertas. Por eso, él también potenciaba, antes de entrar en campaña, «Las 100 ideas innovadoras para el futuro de Florida», de ellas 57 se han convertido en ley en los últimos años.
En el hotel donde a Al Capone le gustaba hospedarse, en el exclusivo barrio de Coral Gable, todo son alegrías y abrazos. El lema no podía ser otro que «la fiesta de la victoria del «recuperemos América». Para María Tuma, «era la única opción posible. Es una persona familiar y la familia es la primera institución del mundo». Rubio suele ir acompañado de su mujer y sus cuatro hijos, que incluso le ayudaron con divertidas escenas en su anuncio de campaña.
Críticas a Obama
«Nuestro presidente se está yendo hacia el comunismo y creo que los estadounidenses se han despertado y por eso han votado así», aseguró la simpatizante de Rubio.
José Suárez, de origen canario- cubano, cree que «es el candidato más respetable y augura que será el presidente en las elecciones de 2012». Con un divertido sombrero rojo, apuesta con la razón a que así será. Una de las cerebros de su campaña electoral, Bertica Cabrera, reconoce que el secreto es que «Rubio es una buena persona». Miembro del equipo de campaña en Orlando, confiesa que «es un placer trabajar con él y para él». «El secreto es que se trata de una gran persona», reconoce Cabrera.
Donna, que ha seguido a Marco Rubio desde que entró en política, asegura que el punto de inflexión fue el 7 de septiembre de 2009, cuando el político republicano fue portada de la revista «·National Review». De hecho, mientras que esperaba a Rubio, Donna nos mostraba orgullosa una copia gigante de la imagen.
La victoria del candidato del «Tea Party» estaba más que cantada. Ayer tarde, fuentes de la Fundación Nacional Cubano Americana reconocían a LA RAZÓN que, pese a que no compartían la política de inmigración de Rubio, todos sus miembros le dieron su apoyo en las urnas.
Rubio no sólo ha convencido a hispanos. Un alto porcentaje de gente que no comparte etnia ni vivencias personales, también se han decantado por él. Con un 50,49% de los votos, al cierre de esta edición, frente al 28,81% de Charlie Crist, Rubio se impuso. Florida ha hablado y quiere que sea su voz en Washington.
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