Pobreza

Más de medio millón de ancianos mal alimentados

El 20 por ciento de los que viven solos o en residencias está desnutrido

Madrid: más de 650 millones de euros para ayudar a los mayores en tareas cotidianas
Madrid: más de 650 millones de euros para ayudar a los mayores en tareas cotidianaslarazon

A medida que cumplimos años, tareas que hasta hace poco parecían sencillas empiezan a cobrar dificultad y a hacerse problemáticas. El cuerpo y la mente comienzan a resentirse. La agilidad física y mental sufren el paso del tiempo, y actividades como asearse, comer, cocinar, conducir o ir a la compra pueden tornarse en algunos casos imposibles. Por eso no es de extrañar que los ancianos sean el grupo de edad más vulnerable y más afectado por la desnutrición.

En este sentido, los expertos observan que la mala alimentación incide en mayor medida en aquellos mayores de 65 años que viven solos o que están institucionalizados –en residencias o en hospitales–. Se calcula que de los ocho millones de ancianos que viven actualmente en nuestro país, según el Instituto Nacional de Estadística, aproximadamente uno de cada cinco –un millón seiscientos mil– vive solo. De ellos, cerca de un 20 por ciento ingiere menos de mil kilocalorías diarias, cuando la cantidad recomendada para un anciano sano es de entre 2.100 y 2.500, según revela un reciente estudio de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG).

La crisis económica, la soledad, los problemas de salud, la falta de apetito o la pereza para cocinar para uno solo son factores que elevan el riesgo de desnutrición en este grupo poblacional. Pero este problema no es exclusivo de los mayores que viven solos. También lo sufren los ancianos internados en residencias u hospitales. Datos de la Fundación Edad y Vida revelados ayer en el foro «Alimentación y salud en el entorno geriátrico», organizado por la Cátedra Tomás Pascual Sanz y la Universidad CEU San Pablo, indican que el 15,8 por ciento de los mayores institucionalizados sufre desnutrición.

Casi la mitad, en riesgo
Además, el 45,2 por ciento de estas personas está en riesgo de padecer algún grado de desnutrición. Por el contrario, otro análisis llevado a cabo por el Colegio de Farmacéuticos cifra en tan sólo un 3 por ciento el porcentaje de mayores de 65 que, viviendo en su propia casa acompañados o con sus familiares, no se alimenta correctamente. En suma, unos 559.000 ancianos de nuestro país –el 7 por ciento de la población geriátrica– tienen una alimentación deficiente. Para atajar el problema, el doctor Federico Cuesta, del Servicio de Geriatría del Hospital Universitario Clínico San Carlos de Madrid, subraya la importancia de «detectar las señales que alertan de que un anciano está en riesgo de desnutrición» para poder intervenir y mejorar su calidad de vida. «La gran mayoría quiere estar en su casa», apuntó Cuesta, por lo que es necesario «un cierto rango de seguridad y un buen apoyo de todo el desarrollo sociosanitario», especialmente ante problemas de salud, demencias o aislamiento, informa Efe.

El doctor Javier Gómez Pavón, del Servicio de Geriatría del Hospital Central de la Cruz Roja San José y Santa Adela de Madrid, apostó en su intervención por potenciar otras opciones como «las ayudas a domicilio, con cuidadores que puedan cocinar para los ancianos, el transporte de comidas a las viviendas» donde viven mayores solos, así como el traslado de estas personas a centros de día. Así, explicó, «se consigue que la persona se mantenga en su casa pero que pueda alimentarse adecuadamente, en un entorno más especializado». Además de estas medidas, la SEGG recuerda que los ancianos deben realizar cinco comidas al día, elaboradas con técnicas de cocinado que favorezcan su masticación y con una buena presentación que las haga más apetecibles.