Baile en el Titanic

El que ríe el último ríe dos veces, dice el sabio refrán español, y en éstas parece que está Carme Chacón, relamiéndose de gusto. El domingo es previsible el siguiente escenario: si sólo gana el PSOE en Cataluña, Chacón podría salir cantando victoria socialista mientras Rubalcaba se desintegra como una pompa de jabón pinchada.

Por eso, las declaraciones de Chacón, retando a quien se atreva a poner en duda su candidatura a la Secretaría General del PSOE, han sonado a advertencia precisa en vísperas de la jornada electoral que se celebra mañana. Habrá quien diga que la respuesta de Chacón era evidente a una pregunta inducida por el periodista, y no le falta razón: «¿Puede una mujer liderar el PSOE?», fue la pregunta. A lo que ella respondió una evidencia: «A ver quién se atreve a decir que no». Porque efectivamente, ¿cómo no va a poder liderar el PSOE una mujer, cuando hemos tenido mujeres presidiendo el Congreso, el Senado, el Tribunal Constitucional, comunidades autónomas, vicepresidencias del Gobierno y ministerios tan poderosos como Exteriores, Justicia, Economía o Defensa? Claro que, ante la pregunta del periodista, Chacón en estos delicados momentos para los socialistas podía haber callado, y este es el hecho diferencial. Si hubiera contestado, «a cuatro días del 20-N, esto no toca», la caja de los truenos seguiría cerrada. Lo que choca es que, o bien por candidez, o bien por sentar sus reales, ella se postulara abiertamente. Y me inclino a pensar que no fue por candor, porque la respuesta fue premeditadamente retadora. Es lo que tiene el periodismo, que puede inducir titulares si el político no sabe o no quiere rehuir la pregunta. Es como aquella otra que le hicieron a Jaume Matas: «¿Es usted cocainómano?», con lo que el titular fue tan explícito como «Matas dice que no es cocainómano». Candidez pareció aquel caso. No aparenta ser lo mismo este otro de Chacón.

Abierta está pues la sucesión en el partido socialista. Zapatero ha convocado para el próximo lunes a la Ejecutiva para comenzar este proceso de inmediato. Con Chacón como la más certera rival de Rubalcaba, esta vez previsiblemente apoyada por el mismísimo Zapatero. La sacrificada en las primarias y llorosa líder de los socialistas catalanes espera ahora su turno. Y el tiempo se ha puesto de su lado. Sólo hay que leer la encuesta que amplía la horquilla entre los dos grandes partidos publicada en «The Times», para comprender que la carrera de obstáculos emprendida por Rubalcaba en esta campaña, con Zapatero aún en la sombra, crece cada día con un nuevo peldaño de dificultad.

Chacón y quienes la apoyan ya mueven sus hilos. Barones como Griñán, Barreda, Gómez y otros esperan que Rubalcaba asuma mañana con consecuencias su previsible derrota. Veremos si pueden. Porque si Chacón pierde el primer puesto en Cataluña, si pierde diez o doce diputados en este envite, su ambición también quedará frustrada. A ver quién le pide a Rubalcaba que se retire, si todos los que le rodean son perdedores...

Los agarrados «mimitos» de Barcelona entre los dos aspirantes podrían haber sido el baile de ambos en el camarote del Titanic.