Sevilla
La imprevisión del Consistorio eleva a 203 millones la obra de la Ranilla
Los túneles de Bueno Monreal y del Tamarguillo también se han retrasado por la inexactitud de los mapas de trabajo.
SEVILLA- En el último año, el Ayuntamiento se ha visto obligado a modificar dos de sus proyectos más emblemáticos, el túnel de Bueno Monreal y la Jefatura de la Ranilla, y, en un tercero, el paso soterrado del Tamarguillo, a punto estuvo de vivirse una tragedia a causa de un escape de gas que motivó el desalojo de unas 180 personas. En todos los casos, diferentes elementos no contemplados en los planos por el Consistorio han generado algún tipo de modificación presupuestaria.
En la Ranilla, ha «aparecido» una losa de hormigón bajo la antigua prisión. Según el Ayuntamiento, «no estaba en plano». Igual que tampoco se contempló un ovoide colector en Bueno Monreal, a pesar de que está recogido en el PGOU. Ni se consideró en el Tamarguillo que la tubería más baja estaba a 40 centímetros en lugar de a 1,5 metros.
El sobrecoste en la Ranilla alcanza ya el 20%, 3,3 millones, a pesar de tratarse de una obra marcada por los recortes de presupuesto y superficie, con numerosas modificaciones respecto al proyecto ideado a mediados de los 90 por el arquitecto Rafael Aguilar, planteando un edificio de ocho plantas al que se opusieron los vecinos. De los 26 millones de coste se pasó a 17. Las obras arrancaron con dos años de retraso. A principios de 2010, se produjo un parón a causa de las discrepancias entre las delegaciones de Movilidad y Seguridad, lo que conllevó el rediseño del interior del inmueble. De los 150.000 euros de sobrecoste se pasó, entonces, a algo más de 2,7 millones. Las obras no se retomarán hasta que el Pleno extraordinario del martes apruebe la modificación presupuestaria; en cinco meses, una vez que se reinicien los trabajos, deben concluir. El proyecto, no obstante, debía estar para noviembre y no finalizará hasta antes de la primavera. El PP ya alertó de los retrasos en julio por la descoordinación municipal. Es lo que tiene el tiempo, que quita y da la razón.
En Bueno Monreal, la sustitución del colector ovoide –construido en 1988 con un coste de 3.263,59 euros, según la memoria del Puerto de Sevilla– por otros dos de 1,60 y 2 metros de diámetro en cada extremo de la avenida suponen un coste por encima de tres millones. Los retrasos han obligado a pedir una prórroga a la Junta, para que el proyecto pueda seguir acogiéndose al Proteja.
Tanto el túnel de la Palmera como el de Los Arcos debían estar finalizados a mitad de año, pero el Ayuntamiento solicitó sendas prórrogas –que silenció– a la Junta. Las obras deben acabar en diciembre, elementos no contemplados en plano mediante. Están en juego 11,6 millones.
La nueva comisaría se une al Metropol, Fibes, la Alameda, el Pabellón de la Paz o el Metrocentro bajo el denominador común del desvío de fondos. Los proyectos citados, más los túneles, superan los 80 meses de demora y los 110 millones de sobrecoste. Puntualidad y rigurosidad en el presupuesto, no; pero que el Ayuntamiento es constante en su línea de trabajo es innegable. Más del 60% de las obras de gran o mediana envergadura sufre demoras.
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