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Córdoba

Marcos Aguinis: «Trotsky hoy no sería trotskista»

Con firma propia.Profesión: escritor, ex neurocirujano, ex pianista, ex secretario de Cultura con el presidente Alfonsín. Nació: en 1935, en Córdoba (Argentina). Por qué está aquí: por su novela «El joven Liova» (Plaza y Janés).

Marcos Aguinis: «Trotsky hoy no sería trotskista»
Marcos Aguinis: «Trotsky hoy no sería trotskista»larazon

–Narra la niñez y juventud de Trotsky. ¿Es el Trotsky mejor?
–Sí, el idealista puro que no cede ante exilios, prisiones ni atentados.

–Lo abandona cuando se convierte, dice, en un barco a la deriva.
–Es una novela de iniciación, tiene un cierre natural. Hablo del Trotsky que corre hacia el poder. El Trotsky instalado en el poder sería otra novela.

–Dice que tenía un gran sentido del humor...
–Sí, y además era un donjuán refinado con una especial técnica de seducción: averiguaba los gustos y las ideas de la mujer a seducir para discutir con ella instalado en la parte contraria.

–Creía que a las mujeres les gusta que les lleven la contraria...
–Sí, y algo de razón debía de tener porque le dio resultado el método.

–¿Y a usted?
–Lo he empleado en parte, y, sí, me ha dado resultado.

–Dice que su personaje le produce fascinación y rechazo...
–Me fascina su humanismo, su amor por la cultura, su sed de justicia. Rechazo la obstinación que le lleva al fanatismo.

–Alguien afirmó de Robespierre: «Llegará lejos; se cree lo que dice». ¿Se creía Trotsky lo que decía?
–Tenía más certezas que dudas, pero tenía dudas. No era como Lenin, que no dudaba y era un monje.

–¿Diría que estos tiempos son más confusos que aquellos?
–Sí, por la globalización. Tenemos un exceso de información, y no por eso somos más sabios. Carecemos de líderes y no sabemos adónde vamos.

–Ha ganado Cristina Fernández de Kirchner. Desde aquí cuesta entender por qué se flagelan así los argentinos...
–A mí también me cuesta entenderlo. Por eso escribí, entre otros ensayos, «Argentina es un país de novela» o «El atroz encanto de ser argentino». Argentina sufre el sida del populismo.

–Fue neurocirujano. ¿No era más divertido que ser escritor?
–No. Pasé de ver cerebros a querer entender los cerebros.

–¿Le gustaría su novela a Trotsky?
–Pienso que sí. Por revivir los tiempos dulces y amargos, la juventud...

–¿Y qué cree que sería hoy el líder de la revolución rusa?
–Probablemente escritor y creador de tendencias políticas. Pero hoy Trotsky no sería trotskista.

–Me lo imagino de coach en Harvard...