El arte empático

Emma Brasó, ganadora de la convocatoria pública de la Comunidad de Madrid para el comisariado de la Sala de Arte Empático, cierra el semestre con «¿La sociedad empática como futuro ideal?». Una muestra de empatía en sí, ya que los participantes han creado un armonioso planeta de ideas que se retroalimentan para generar modelos de convivencia sin pretender solución. Las fronteras culturales de esta facultad innata han ido desapareciendo. El arte actual se alimenta de la empatía entre los artistas, conscientes de que en el futuro quedará esa huella empática traducida en un esfuerzo colectivo y desfibrilador. En «Valor estimado», muestra de Claudia Claremi, se propone una opción emocional a la ley de la oferta y la demanda, objetos personales que documentan su historia y procedencia son subastados en función del valor sentimental que la dueña comunica al espectador, que llega a encariñarse con ellos. Javier Fresnada plantea una macro reordenación de los símbolos patrióticos en «Total Flag», superponiendo las banderas de 247 países, yuxtaposición que forma un símbolo de identidad transnacional. En «Manual de conversaciones», Lucía Antonini edita cien frases del saber popular, invitando al público a interactuar. El lector se solidariza identificándose con estas frases que todos hemos utilizado alguna vez, un toque de humor como concepto empático por antonomasia. En el vídeo-performance «Emociones», en tránsito de Juanjo López Cediel se proyecta en un rostro su propia imagen haciendo que las emociones del protagonista convivan con las del espectador. Los componentes de «Elgatoconmoscas» involucran al público en su acción. «Tú me pegas, yo te pago» es un vídeo en el que los miembros del grupo, en un espacio público de Estambul, invitan a los viandantes a pegarles a cambio de dinero, lo que les crea un sentimiento de culpa. El ambiente creado por DDO estimula los cinco sentidos para los que se hizo el arte como el idioma más empático de la sociedad.