Elecciones municipales

El PP la llave para desbancar a los socialistas del Gobierno

Es la hora del relevo en Barcelona, símbolo del poder municipal socialista. Según los datos de la encuesta de NC Report, CiU será la lista más votada el próximo 22 de mayo, con 16 concejales, desplazando al PSC, que en 2007 obtuvo el mayor número de escaños –14– frente a los 12 que lograron los de Jordi Hereu.

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Aun así, pese a la que en la Ciudad Condal se espera una clara victoria de Xavier Trias (CiU), éste se quedaría a cinco puntos de la mayoría absoluta, según la encuesta de NC Report.
El actual alcalde, Hereu (PSC), quedaría desplazado al perder 5,1 puntos respecto a los pasados comicios, donde los socialistas se hicieron con el Gobierno municipal en coalición con IC-V y ERC. El tripartito pasaría de los 22 a los 18 concejales. Se cerraría así un ciclo histórico de hegemonía de los socialistas en Barcelona, buque insignia del poder de los de Ferraz en el mapa municipal desde hace 32 años.

En este momento, el ascenso del candidato de CiU (34,6 por ciento) junto al PP liderado por Alberto Fernández, que mantiene los siete concejales logrados en las anteriores elecciones, augura un vuelco en la política municipal catalana, dominada tradicionalmente por el PSC. Por primera vez una mayoría de centro derecha puede acceder al Ayuntamiento de Barcelona, donde la mayoría absoluta se sitúa en los 21 escaños. Los 16 que obtiene CiU, sumados a los siete del PP, que conserva su electorado de 2007, superan la suma de 12 socialistas, 3 de Iniciativa-Esquerra Unida y los 3 que logra la coalición independentista Unitat per Barcelona. El balance queda 23 contra 18.

Trias podría aspirar a gobernar sin apoyos, pero no es lo que desea su electorado, consciente de las dificultades que debería superar un gobierno municipal tan débil. Hereu lo tendría igualmente complicado para gobernar aunque lograra superar las negras previsiones del sondeo antes de la cita con las urnas. Si bien sus socios de Iniciativa per Catalunya mantienen las mismas posiciones, difícilmente podrá confiar en el segundo gran apoyo que ha tenido esta legislatura: Esquerra Republicana. ERC se ha disgregado en una coalición en la que cohabita el partido del ex presidente del Barcelona, Joan Laporta, y Reagrupament, producto de una escisión republicana hace tres años.

Los postulados de ambos están lejos de la izquierda, pero tampoco parece viable su disposición a apoyar a un partido con vínculos de carácter nacional como el PSC. Todo apunta a que ha llegado el momento de cerrar un ciclo en Barcelona después de más de tres décadas.