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España se vuelca hoy con Fray Leopoldo

Al humilde fraile que pidió limosna durante 50 años en Granada se le atribuye la curación de una actriz en 1995.

España se vuelca hoy con Fray Leopoldo
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Hoy Granada no está en Granada, sino en la base aérea de Armilla, donde se han instalado más de 125.000 sillas para acoger a la multitud que acude a la beatificación de Fray Leopoldo de Alpandeire (1864-1956), que durante medio siglo mendigó limosnas para los pobres por las calles de la ciudad y los pueblos de Andalucía oriental.

Quiso entrar en la vida religiosa en 1994, impresionado por el ejemplo del beato capuchino Diego José de Cádiz. En los agitados años 30 fue insultado y casi asesinado a pedradas. Después llegó a desarrollar mucha fama por su trato continuo con los más necesitados.

Su causa de beatificación entró en la recta final el 29 de enero de 2009 cuando los cinco médicos consultados por la Congregación para las Causas de los Santos coincidieron en declarar, de forma unánime, que la ciencia no podía explicar la curación de Ileana Martínez.
Ileana fue esposa del famoso cineasta madrileño Pedro Masó (fallecido en 2008, director de 14 películas y de series como «Brigada Central») y actriz en varias de sus películas. Su enfermedad, según consta en la causa de beatificación, era un «lupus heritematoso sistémico con anemia hemolítica autoinmune», diagnosticado en 1994. Ingresada en la UCI de la Clínica Puerta de Hierro de Madrid, los médicos a inicios de 1995 le daban sólo 72 horas de vida y un sacerdote ya le había impartido la unción de los enfermos.

Pero ella rezaba por la intercesión de Fray Leopoldo, con una medallita del santo que le había hecho una de sus hijas, una estampa que le había regalado una amiga «no muy religiosa que digamos» y un libro sobre el santo que le envió una amiga que lo había conocido personalmente en Granada por haber venido el fraile a pedir a su casa varias veces. Empezó a mejorar rápidamente. En ocho días estaba en planta y poco después podía ir a rezar, agradecida, a la tumba del capuchino en Granada. Su recuperación fue total y el detallado informe de su caso, seguido desde su inicio en el hospital madrileño, fue analizado por los especialistas médicos de las Causas de los Santos, que lo declararon inexplicable para la ciencia.

Ileana ha explicado a Efe que siente «muchísima alegría» de que Fray Leopoldo suba a los altares. Ella, afirma, siempre tuvo «la semilla de la fe», pero admite que «cuando uno le ve las orejas al lobo» las cosas cambian y desde entonces ha abonado esta semilla hasta que se ha convertido «en un árbol muy grande». «Hay veces que la vida nos da golpes y uno tiene que pensar que Dios tiene caminos que nosotros no entendemos. Yo ya no tengo miedo a nada, por eso es tan importante tener fe, con ella uno nunca está solo ni tiene miedo», asegura quince años después del milagro.