Castilla y León

Herrera: «Nuestras cajas serán los bancos y entidades que vengan a servir»

«No nos pueden pedir que modernicemos aeropuertos y hagamos palacios de congresos y además los llenemos»

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Valladolid- No se queja de nada. Al contrario, agradece. Estar en política es voluntario. «Y un privilegio hacer lo que hago», insiste. «Para esto no te educan, ni te preparan. Estás, te corresponde y, si democráticamente se entiende, vas a continuar empujando, con otras muchísimas gentes en tantos y tantos lugares de la sociedad. De manera que todo menos desánimo, desafección, frustración o resignación. Todo menos eso. Sabiendo que es un momento muy complicado para muchas familias con nombres y apellidos», asegura Juan Vicente Herrera, a punto de subirse al autobús de campaña, ese en el que recorre miles de kilómetros estos días para llegar hasta el último rincón de Castilla y León, la autonomía más extensa de la Europa de la Unión. Herrera no oculta que, con la que está cayendo, se encomienda «a todo el santoral de la romana Iglesia Católica, que algo ayuda, no le queda duda, empezando por el último beato -Juan Pablo II-. Pero sin olvidar nunca que «a Dios rogando y con el mazo dando».

- Presidente, parece que las grandes obras no serán la prioridad en la próxima legislatura. O sí, sacar del paro a 200.000 castellanos y leoneses puede considerarse una gran obra.
- Doscientos mil parados son lo que más me preocupa y ocupa. Un desastre. Estamos en una catástrofe, dentro de una hecatombe, que es la situación de España, con cinco millones de parados. Por eso hay que lamentar que el señor Zapatero, como única justificación resuma todo en que la culpa la tiene Aznar. La diferencia son cinco millones de parados con el primero y cinco millones de empleos creados por el expresidente. No obstante, Castilla y León, como España, ha sabido levantarse.

- ¿Ve usted eso factible en esta hora de España?
- Mire, en esta campaña estamos buscando la confianza de los ciudadanos, pero también hay que apelar a la confianza en ellos, en la sociedad civil. El empleo es lo que dan miles de emprendedores, autónomos, empresas familiares, de economía social. La administración se tiene que adaptar, ser acogedora, entender sus necesidades. Se puede ayudar mucho con una hacienda austera, que entiende que el endeudamiento es un recurso extraordinario, que sepa que es preciso esmerarse por limitar el gasto para contribuir a mantener el déficit y apoyar a España en el cumplimiento de esos objetivos.

- Señor presidente, ¿qué proponen ustedes para crear empleo?
-Planteamos un sistema integral de apoyo al emprendedor. Un proyecto de Ley que estimule la creación de empresas. Un plan específico para la actividad de los autónomos. La potenciación de factores de competitividad. La reforma de sistemas públicos... Pero, hay que hacerlo con convicción, trasladando confianza. Hay que eliminar interinidades, huir de rutinas y ver que la sociedad civil, cuyo protagonismo va en aumento, nos pide que dejemos de estorbar. Sólo con el trabajo bien hecho, con la calidad y el esfuerzo de todos, saldremos adelante.

-Ya que hablamos de Economía, el músculo financiero fue una frase que usted acuñó. ¿En qué quedó?
-En algunos casos en el azucarillo en el Atlántico. Hace dos años y medio propusimos hacer nuestro sistema financiero más fuerte hacia adentro para luego presentarnos potentes en esas alianzas hacia afuera. Se nos pidió respeto por la autonomía. Y de ahí la deriva de algunos y que las dos entidades medias, haciendo un acto de generosidad e inteligencia, avanzasen en el rearme, el fortalecimiento que hoy les permite presentarse a la búsqueda de alianzas con activos, con solvencia. En una resultante, con toda la ironía que cabe, en la que se ha dado el mayor proceso de centralización de las decisiones financieras que se ha tomado en España por un Gobierno democrático que debería apostar por lo contrario, no hay que refugiarse en la melancolía de lo que pudo ser y hay que ser conscientes de que hay nueva estructura, nuevos agentes y protagonistas.

-¿Esto, cómo se explica?
-Les pondré un ejemplo: en el caso concreto de Bankia, donde se han diluido dos cajas de la Comunidad, hoy -y yo lo lamento- mi interlocutor no es el presidente de Caja de Ávila o de Caja Segovia, sino el señor Rodrigo Rato y sus máximos ejecutivos. Y tienen la responsabilidad de servir a los empresarios, a las familias y a los ciudadanos de Castilla y León. De mantener una estructura, de escuchar ese lamento del empresario que ya no tiene a esos profesionales de las cajas que le conocían, que le entendían y acogían su proyecto como propio. Eso no se puede trasladar a Madrid. Nuestros empresarios no pueden estar huérfanos. Y eso ya no lo pueden hacer esas entidades que han renunciado a otro tipo de alternativa. Ahora lo hacen los grandes grupos. Yo, en ese sentido, le he dicho al propio presidente del Banco Santander, Emilio Botín, que voy a considerar entidades del sistema financiero de Castilla y León a aquellas cajas o bancos que vengan a servir a la Comunidad.

- Pero, y perdone que insistamos, ¿en qué ha quedado el músculo, presidente?
- Pues ha quedado en lo que ha quedado por imperativos del momento y por las vueltas de tuerca del regulador y del legislador. Se tomaron decisiones desde la autonomía, se desaprovechó un debate oportuno y bien enderezado, con un acuerdo sólido político y social. Todos debemos responder, pero sobre todo quienes pidieron esa autonomía, porque llegados a este punto, hay que recomponer, ir a lo práctico y fundamental. Estableceremos puentes, pero los interlocutores está claro que son otros y las entidades otras también.

-La sociedad civil. ¿Cómo ve el presidente de la Junta y candidato a la reelección que en el Primero de Mayo, día histórico de reivindicaciones, en Castilla y León, con 200.000 parados, se echen a las calles 6.000 personas?
-Nos está ocurriendo en la propia campaña. Quizá la tradición de lo institucional no se compadece con la preocupación de hogares y empresas, y no es de extrañar que haya desafección para esas manifestaciones que forman parte de un rito. Hay que entender que la gente no está para ritos. Está ocupada y preocupada en lo suyo. Son muchas las familias que no es que tengan dificultades para llegar a fin de mes, es que lo arrancan sin saber cómo lo van a enfocar.

-Pero, usted echa cada vez más mano, en sus intervenciones, de esa sociedad civil. Es como si la quisiera sacudir.
-Está presente no sólo en el guión de mis intervenciones. No me canso de insistir en que las administraciones tenemos la obligación de culminar la dotación de equipos e infraestructuras, que son condición necesaria, pero no suficiente. Creo sólo en el autonomismo útil. El que sirve a personas, familias y empresas. Pero la respuesta la tiene que dar la sociedad civil. Los recursos públicos, que deben dirigirse a apoyar a los emprendedores, a que las empresas sean fuertes, competitivas, abiertas e innovadoras, tienen que garantizar también el sostenimiento de los grandes servicios, como la Educación, la Sanidad, los Servicios Sociales, la atención a la Dependencia, que constituyen nuestra razón de ser autonómica. Porque la sociedad no puede pretender que las administraciones, además de modernizar los aeropuertos, llenen y paguen la actividad de los mismos. Que además de dotarnos de palacios de congresos, paguen su programación. ¿Dónde está la sociedad civil? Es fundamental. Nosotros, está demostrado, en ocasiones lo que hacemos es estorbary perturbar.

-¿Se refiere a algo en concreto?
- Pues sí. Me refiero, por ejemplo, a la imprevisión, la improvisación, la incoherencia e ineficacia del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que ha crujido a impuestos a quienes más dificultades pasan. Aplicando recortes sociales a quienes lo pasan peor.

-¿Cómo valora esa interinidad que puede darse hasta marzo de 2012 en el Gobierno de España?
-Miren: vamos a estar nueve meses entretenidos en cómo se resuelve la cuita sucesoria en un partido y en un gobierno con un presidente cuyo propósito -lo manifestó el mismo día que culpabilizó a Aznar- es volver a León, en lo cual le alabo el gusto, porque le deseo lo mejor desde el punto de vista de la felicidad personal y familiar.

-Las encuestas de los últimos días parecen muy generosas con usted y con su partido.
-¡Fíate de las encuestas y no corras! Hay que trabajar en campaña y veo demasiada conformidad en algunos de los míos. La estrategia de esos sondeos parece urdida por alguien que lo que quiere es desmovilizarnos a nosotros y movilizar a otros. Hay que bajarse del autobús y jugar el partido, como hizo el Real Madrid en la final de la Copa del Rey y sin embargo no hizo en la semifinal de la Copa de Europa.

-No da por ganado el partido, pero los periodistas llevamos meses haciendo cábalas sobre cambios de fichas y recortes de estructuras. ¿Qué idea tiene al respecto?
-Idea no, compromiso. Estoy sujeto a un programa marco del PP que demarca un máximo de hasta diez consejeros. Pero lo que no voy a hacer es cometer el error cometido por los que pretenden ser alternativa, cuyo candidato, Óscar López -secretario autonómico del PSOE-, por primera vez no ha defendido su contrato con los ciudadanos. Sin embargo sí viene, desde hace meses, anunciando como gran medida ese recorte en el número de consejerías y el nombre de las nuevas, como si eso fuese reclamo para alguien Aquí estamos acostumbrados a poner los bueyes antes que el carro. Nosotros presentamos un programa realista, con las cosas claras y centrado en lo que preocupa. Si los votantes quieren, el día 22 darán el visto bueno a un programa que se someterá a una investidura que permitirá formar gobierno. Será ahí cuando, conforme a compromisos y prioridades, formaré un gobierno con los mejores. Pero no al revés. No llevo formando gobierno desde febrero. Eso es no entender nada.

-Un reproche que se le hace es que le cuesta tomar decisiones a la hora de cambiar a las personas. Eso lleva a algunos a subirse a las barbas y aprovecharse de la situación. ¿Cómo lleva la crítica?
- Para tomar decisiones sobre las personas hay momentos, los ha habido y los habrá. Te corresponde siempre, además de un ejercicio de liderazgo, la obligación de engrasar equipos, animar, impulsarles y no soy propenso a lo largo de procesos abiertos o de ejercicios a proceder a cambios, pero si analizamos los últimos diez años los ha habido. Y los habrá en su momento. En todo caso, admito la crítica, será defecto del gobernante, pero también puede tener la lectura de que en algunas ocasiones es bueno que prepondere la visión humana de las relaciones interpersonales.


Perfil
«Arguiñano es buen maestro»
«Últimamente estoy muy enchufado con el programa de Arguiñano, es buen maestro, porque con él cocinar es fácil. En el fondo se trata de picar un poco de cebolla, ajo, echar aceite y con un poco de cariño y cualquier cosa, sale todo bien». Así habla Juan Vicente Herrera de sus aficiones, de cómo descansa. «Procuro dedicar cada día un buen rato a la lectura y no precisamente de informes o prensa», confiesa, porque «tengo la suerte de que me llegan muchos libros; todos tienen algo de interés». Reconoce que su tiempo libre es el de «una persona normal» y habla de sus fines de semana en Burgos. «Me levanto un poco más tarde, rezongueo algo en casa, ordeno, y procuro salir a visitar a mi librero de cabecera, tomar vinos donde acostumbro o comer con los amigos». Habla de sus melodías, y además de ser un asiduo oyente de Los Secretos, Serrat o Pablo Milanés, señala que «he sido bastante más de los Beatles que de los Rolling», para concluir que «toda música valiosa es intemporal».