Centros de Enseñanza
Vuelta a la tartera por Reyes Monforte
No sé si es el verano o la crisis, pero algunos tienden a dramatizar que ni en el María Guerrero. La idea de dar la opción a los padres de ahorrarse el dinero del comedor, ofreciéndoles la posibilidad de que sus hijos lleven la comida de casa tampoco me parece un atentando contra los derechos fundamentales del niño. Eso sí, siempre que el colegio garantice unas mínimas condiciones de conservación, refrigeración así como la existencia de varios microondas para calentar la comida. Es cierto que si se prescindiera de la mitad de los políticos y del 90% de sus asesores (¿para qué les elegimos si necesitan asesores… ¡elijamos a los asesores directamente!) quizá no habría que recortar las ayudas de comedor. Pero tampoco se trata de hacer ningún drama ni de utilizarlo política y rastreramente. Al fin y al cabo es una medida que decidirán los progenitores y nadie más. El tupper vuelve al cole. Y debería acompañarlo algún indocumentado que asegura que con esta propuesta se vuelve a la época franquista. No sé dónde estudiaría él que el problema del franquismo fue el tupper. O no fue a clase ese día o se lo explicaron bastante mal. Que yo sepa nadie ha hablado de volver a repartir en los colegios el amarillento queso americano o la leche en polvo, ni a obligar a cada niño a llevar su jarrita para calentarla –los más afortunados– sobre una estufa propiedad de la escuela. A los políticos sí que habría que meterlos en el tupperware…Con la condición de no abrir la tapa.
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