París
Plan de la UE: La deuda de España podría ser penalizada
Bruselas estudia devaluar los bonos periféricos. La banca tendría que captar 48.306 millones adicionales
Bruselas / París- Si las múltiples opciones que se han manejado en los últimos días para recapitalizar a la banca europea cristalizan, los miles de indignados que ayer recorrieron las principales ciudades del mundo exigiendo, entre otras cosas, que las entidades financieras paguen la factura de la crisis, se sentirán más que satisfechos. A los mayores niveles de solvencia que se da casi por seguro se exigirá a la banca para afrontar un posible impago de los países periféricos de la UE, empezando por Grecia, podría sumarse también una drástica reducción del valor de la deuda de los países periféricos que los bancos tienen en sus balances. Así, algunas fuentes especulaban ayer con la posibilidad de que la Autoridad Bancaria Europea (EBA) considere unas potenciales pérdidas de los poseedores de deuda pública española del 20 por ciento. Los planes contemplarían también una devaluación del 60% de los bonos griegos, del 40% de los portugueses y de un 20% de los italianos.
Más capital
De materializarse el plan, las entidades tendrían que encontrar los recursos suficientes para compensar esta devaluación en sus libros. Las españolas, por ejemplo, tendrían que captar unos 48.306 millones de euros en un momento en el que, como reconoció ayer Ángel Ron, presidente de Banco Popular, en tres entrevistas a medios económicos, nadie está dispuesto a poner dinero. «Es un error de bulto plantear una posible recapitalización de la banca por el deterioro de las carteras de deuda pública», explicó Ron. A juicio del banquero, los bancos tendrían que aplicar descuentos sobre sus carteras de deuda soberana, y ello implicaría que el sector debería reforzar su capital en un momento en el que parece difícil que ello vaya a conseguirse en los mercados. «Nadie en su sano juicio va a poner un duro» en unas entidades que necesitan capital, y si no llegan al límite no van a pagar dividendo, por lo que acabará habiendo una recapitalización pública», lo que supondrá más deuda para los estados, advirtió Ron.
Reunión previa del G-20
A la Unión Europea se le está agotando el tiempo para encontrar una solución que evite el contagio de la crisis de deuda a países como España o Italia. Al resto del mundo, temeroso de los efectos que podría tener para la recuperación mundial, la paciencia. Ayer, los ministros de Finanzas del G-20 presionaron a los países del euro para que busquen soluciones, que podrían pasar, como ya sugirió EE UU, por dotar de mayor capacidad al nuevo plan de rescate –Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF)–, que ahora cuenta con 440.000 millones de euros. En la reunión que ayer concluyeron en París apoyaron, además, que el Fondo Monetario Internacional (FMI) «disponga de recursos adecuados» para hacer frente a crisis financieras como la actual.
«Esperamos decisiones adicionales que potencien la fuerza del FEEF para controlar el contagio, así como el resultado del Consejo Europeo del 23 de octubre», aseguraron en relación con la situación en los países de la eurozona. En su declaración final, suscrita por los ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales del G-20, los países miembros se comprometen además a seguir proporcionando, a través de sus bancos centrales, el acceso al crédito para garantizar la liquidez del sistema financiero y a que las entidades estén «adecuadamente» capitalizadas. Elena Salgado aseguró que no está sobre la mesa el rescate de más entidades como ha sucedido con Dexia.
El ministro francés de Finanzas, François Baroin, cuyo país es presidente de turno del G-20, adelantó que en la próxima cumbre de líderes de este grupo en Cannes en noviembre se formularán propuestas para hacer que el FMI tenga esos recursos adecuados y pueda «hacer frente a sus responsabilidades sistémicas». La propuesta, que parte de países como China, Brasil o India, intenta evitar una eventual propagación de la crisis de deuda a otras economías importantes como España o Italia y de ahí un contagio a la economía mundial. Estados Unidos y Japón siguen oponiéndose.
Merkel y Obama liman asperezas por teléfono
El presidente estadounidense, Barack Obama, y la canciller alemana, Angela Merkel, mantuvieron una conversación telefónica el viernes en la que hablaron de la «evolución de la situación financiera de la eurozona», según informó la Casa Blanca. Además, durante la conversación también trataron los preparativos para la cumbre del G-20 que se celebrará el próximo mes en Cannes y acordaron mantenerse en contacto en el periodo previo a la reunión. El G-20 quiere acordar un plan más amplio para evitar que la crisis de deuda que afecta a España e Italia profundice el impacto de la crisis en los bancos europeos, según recoge el periódico «The New York Times». El secretario del Tesoro estadounidense, Timothy Geithner, ha dicho que es necesario llegar a una solución para evitar que Europa se contagie al resto del mundo.
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