Comercio electrónico
Un taller de sorpresas
Ir de compras a Kikekeller es un imprescindible ejercicio de acercamiento al apasionante mundo de la decoración de autorPARA NO PERDERSEKIKEKELLERDirección: Corredera Baja de San Pablo, 17. Horario L-S de 12h a 15h y de 17h a 21h. (Lunes cerrado por la mañana).Atención a... la lámpara «mosquito» (39 euros) y las mesas de acero (1.500 euros)
Aquí todo es absolutamente posible. Desde tomarte un gin-tonic delicioso preparado con los mejores ingredientes y maestría hasta llevarte a casa una mesa de diseño exclusivo y hecha a medida. O una obra de arte de pequeño formato firmada por creadores como Julio Torrecilla, Ángel Tausía o Ignacio del Toro, por poner sólo unos ejemplos. Y es que en este precioso espacio «los objetos cotidianos y el arte se mezclan para proponernos un diálogo diferente», nos explica Celia Montoya, dueña y fundadora del local junto a Kike Keller, su pareja. Ambos proceden del mundo del cine y la organización de eventos y deseaban poder encontrar un espacio propio en el que experimentar y crear sus propias piezas de mobiliario para sorprender, «no tanto para provocar», puntualiza. Y así llegaron a este antiguo taller (previamente tenían tienda en la calle Narváez) reconvertido en tienda-galería de aire industrial pero en el que se han conservado algunos elementos originales como el suelo de baldosas, la carpintería o el papel pintado de las paredes. El primer espacio, el de la propia tienda, sirve de anteasala, además, a un curioso «bar de copas» que se adentra hasta llegar a un patio de vecinos con planta baja incluida. Pero quedándonos en la tienda, conviene destacar que los precios que aquí encontramos comienzan desde los 11 euros, por lo que se trata de un destino obligado para todo tipo de cliente amante del arte y la decoración «diferentes», independientemente de su poder adquisitivo. ¿La pieza más cara? Unos 5.000 euros. Y si se tiene en cuenta que la particularidad de Kikekeller es, como explica Celia, «que cada objeto sea único, hecho a medida y a gusto de quien lo solicita», lo cierto es que los precios son más que interesantes. Destacan, por ejemplo, las maravillosas estanterías en acero y madera envejecida (1.200 euros), las vitrinas de acero y vidrio (1.800 euros) o las sillas (364 euros), todas ellas, repetimos, diseños únicos y personalizables en cuanto a dimensiones y otros detalles que el comprador pueda requerir. Pero en cualquier caso, la visita a este local se hace imprescindible como ejercicio de conocimiento y acercamiento a este apasionante mundo de la decoración «personal» y de autor, a precios que no implican necesariamente «la ruina». Confirmado: hay vida más allá de Ikea.
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