Navarra

ETA se rearma mientras Interior espera un comunicado «de paz»

Rubalcaba ya advirtió a Bildu de que la banda terrorista se debe disolver de forma inmediata

El exdirigente de ETA Garikoitz Aspiazu, "Txeroki", en un juicio en la Audiencia Nacional
El exdirigente de ETA Garikoitz Aspiazu, "Txeroki", en un juicio en la Audiencia Nacionallarazon

MADRID- Las alertas sobre la vuelta de ETA a las actividades ya se habían encendido el pasado día 19, cuando fue detenido, en la frontera italo-francesa, el presunto etarra Iñaki Domínguez. Había viajado al país transalpino para comprar materiales susceptibles de ser utilizados en la construcción de bombas. A un hecho tan grave, ya que se trataba de una labor de abastecimiento de la banda terrorista, se le trató de poner sordina y restarle importancia. Desde el Gobierno y, por supuesto, desde el entramado de la banda, se quiere transmitir que el «proceso» va por buen camino, aunque, cada día que pasa, las luces de alarma brillan con más fuerza.

A lo ocurrido hay que sumar las actuaciones de Bildu (a pesar de las muchas concesiones que se hacen a la coalición), en claro desafío a la legislación vigente. Por eso, no es de extrañar la intervención, días pasados, del vicepresidente primero del Gobierno, ministro del Interior y candidato socialista para las próximas elecciones generales, Alfredo Pérez Rubalcaba, en un acto de su partido celebrado en Bilbao. Durante su alocución, pronunció una frase que sonaba a advertencia y, a la vez, a reclamación: «La credibilidad de Bildu disminuye cada día que pasa sin que pida la disolución de ETA y sin que la banda se disuelva».

¿Quién y, en qué marco, le había dicho al Ejecutivo que ETA se iba a disolver, por voluntad propia o a petición de Bildu? ¿Fue una de las condiciones para que el Tribunal Constitucional convalidara las listas de la coalición abertzale?

Otro dato que se debe tener en cuenta es lo dicho por el portavoz de Batasuna, Arnaldo Otegi, durante el juicio que se ha celebrado estos días contra él en la Audiencia Nacional. Escenificó una separación absoluta, casi una ruptura, con ETA. Formaba parte, sin duda, de su estrategia de defensa, pero también podría tener algo que ver con la posibilidad de que el alto el fuego no esté tan bien amarrado como se pretende transmitir.

De momento, el «ansiado» (por el Gobierno, Otegi y los otros dirigentes que tienen asuntos pendientes con la Justicia) comunicado de la banda, no llega. El asunto de los presos, el siguiente paso del «proceso», está pendiente de lo que diga la banda. Aunque puede ocurrir que los pistoleros prefieran que sea el Ejecutivo el que mueva ficha antes de hablar.


Escenificación
El Gobierno necesita que los terroristas escenifiquen en el comunicado algo con lo que poder transmitir a la opinión pública que ETA se plantea su desaparición. La banda, por el contrario, se siente fuerte, porque cuenta con dos importantes bazas a su favor: «El pueblo ha hablado» y ha dado más de 300.000 votos a Bildu; y la debilidad del Ejecutivo, que precisa, para no sufrir otra hecatombe electoral, que el alto el fuego, sin ningún tipo de atentado o extorsión, se mantenga hasta que se celebren los comicios generales de 2012.

Cada día que pasa (de ahí las palabras de Rubalcaba en Bilbao) ETA y su entramado refuerzan su posición en el País Vasco y Navarra, con la sensación, por mucho que se quiera decir lo contrario, de que un paso atrás es imposible y que ha consolidado su brazo político para, al menos, los próximos cuatro años.


Los otros comunicados
- 10 de enero
ETA declara un alto el fuego permanente, general y verificable
- 26 de marzo
La banda acepta «un mecanismo de verificación informal» de su tregua
- 24 de abril
Califica la tregua como «compromiso firme» para la solución del conflicto
- 25 de abril
Dice que el tiroteo a un gendarme el 9 de abril va «en contra de su voluntad»


Absoluciones a pares
- El primer juicio contra Garikoitz Aspiazu «Txeroki», ex «jefe militar» de ETA, que él mismo calificó de «espectáculo», se ha saldado con la absolución del terrorista. La Audiencia Nacional no ha encontrado pruebas suficientes para condenar al ex dirigente etarra por el intento de asesinato del presidente del Consejo de Administración del Grupo Correo, Enrique Ybarra, en enero de 2002. El tribunal, presidido por la magistrada Ángela Murillo, afirma que los indicios esgrimidos por el fiscal, que solicitaba para él una condena de 15 años de cárcel, es «insuficiente» para acreditar que «Txeroki» participara en el envío del paquete bomba, que fue desactivado por la Ertzaintza.
- Por otro lado, la Audiencia Nacional ha absuelto, también por falta de pruebas, al supuesto etarra Juan Carlos Besance de un atentado con bomba en el Instituto Nacional de la Seguridad Social de Zarauz el 19 de septiembre de 2001.