Bruselas
La UE se resiste a castigar a Gadafi
Los Veintisiete condenan la «brutal violación» de los derechos humanos, pero temen que el dictador use como rehenes a los europeos que quedan en Libia
La Unión Europea (UE) sigue manteniendo su batería de sanciones en el armario contra el coronel Gadafi. A pesar de considerar «inaceptable» la «violación brutal masiva de los derechos humanos» por la represión del dictador de las manifestaciones, según indicó la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, los Veintisiete decidieron ayer incrementar la presión sobre el dictador. Los europeos no quieren dar un paso en falso ante la imprevisible irascibilidad de Gadafi, y menos aún cuando todavía quedan entre 5.000 y 10.000 europeos sobre el terreno. Más aún, la Comisión Europea continúa viendo al militar como un interlocutor válido, a pesar de que el Parlamento Europeo o los principales partidos consideran que ya ha perdido toda su legitimidad. «Con alguien tenemos que hablar», dice resignado un diplomático.
Según reconocen fuentes europeas, existe una «preocupación» por los europeos que aún intentan dejar el país. Gadafi ha demostrado que es capaz de cualquier cosa para perpetuarse en el poder. Y tras bombardear a su población, y amenazar a la UE con dejar vía libre a olas masivas de inmigrantes irregulares, existe el temor en Bruselas de que el dictador pueda usar a los europeos que intentan dejar el país como rehenes, tal y como hizo con las cinco enfermeras búlgaras a las que utilizó en 2007 para conseguir beneficios, y que acusó de propagar el sida.
Tras una larga reunión de los embajadores de los Veintisiete, de momento, los europeos han optado por el más pequeño de los pasos que podían dar, suspendiendo las negociaciones del acuerdo marco entre la UE y Libia. Según fuentes comunitarias, es un tema que interesaba mucho a Trípoli, ya que incluía jugosas cláusulas comerciales, como la entrada en la OMC. Y aunque todos los países que venden armas a Libia han congelado sus envíos, así como nuevas licencias, de momento no han aprobado un embargo europeo al régimen. Tampoco han congelado los bienes de Gadafi en el extranjero, aunque podría ser una decisión que los europeos estarían listos para tomar en los próximos días. Según apuntan otros diplomáticos, se trata de ver cómo la situación evoluciona, de ver lo que ha pasado exactamente y tomar las medidas que puedan ser «más efectivas». Pero los pasos son percibidos como demasiado cautos para castigar lo que ya se empieza a considerar como «crímenes contra la Humanidad», como describió ayer en Bruselas la Alta Comisaria de Derechos Humanos de la ONU, Navi Pillay.
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