Lima

Cayetano salva el hastío y triunfa en Lima tras tres meses alejado de los ruedos

La Razón
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Cayetano, que regresó a los ruedos tres meses después de su percance en la clavícula en Baeza (Jaén), y Sebastian Castella se convirtieron ayer en los grandes protagonistas de la jornada dominical al otro lado del Atlántico al lograr sendas salidas a hombros de los cosos de Lima y México.

De un lado, el matador de dinastía salvó la tarde, que sirvió como su presentación en el coso peruano de Acho, desorejando a un astado de La Ahumada, el único que ofreció buena condición de un encierro deslucido. Cayetano despertó a un público entumecido por el sopor gracias a una faena llena de temple y variedad desde el inicio de rodillas hasta los trincherazos y molinetes que engalanaron una labor sustentado en el toreo en redondo. Previamente, poco pudo hacer con su primero, que se partió una pezuña, igual que el quinto.

Menos fortuna tuvieron los otros integrantes de un cartel con total acento español. Así, Miguel Ángel Perera incluso escuchó leves pitos a la muerte del segundo, mientras que su labor con el quinto fue silenciada. Lo intentó en el que abrió plaza Morante de la Puebla, pero se topó con un adversario que se rajó demasiado pronto. Ante el cuarto, apenas esbozó apuntes de su enorme dimensión torera.

Por su parte, en La México, el galo Sebastian Castella sumó un trofeo de cada uno de sus adversarios para lograr la Puerta Grande en el tercer festejo de la Temporada Grande. El coso de Insurgentes pudo ver a un matador, hecho, con dos caras igual de resolutivas. Así, tiró de técnica para acoplarse con el segundo de la tarde, mientras que se fajó con un arrimón para asegurar la salida a hombros ante un peligroso quinto. El peor de todo el encierro de Xajay, que sorteó varios animales con opciones de triunfo.

No lo supieron aprovechar ni Fernando Ochoa ni Arturo Macías que naufragaron con la espada. El mal uso de los aceros agrió el sabor de boca de la afición azteca con el hidrocálido, que se mostró valiente y con tesón, pero romo con la espada. Ochoa también marró a su primero, la mejor faena de su paso por La Monumental mexicana.

Mientras, en el coso venezolano de Maracaibo, El Fandi y Alejandro Talavante acompañaron en volandas al local Erick Cortés en un festejo condicionado por el fuerte aguacero y que también desembocó en lluvia, pero de apéndices: tres en el caso de los españoles y una más en el esportón del diestro sudamericano.

En la cuarta de la Temporada Grande, se lidiaron astados de Xajay, de buena presentación y juego, con nobleza salvo el complicado 5º y el rajado 6º. Fernando Ochoa, división y pitos tras dos avisos; Sebastian Castella, oreja en ambos; y Arturo Macías, ovación y pitos tras aviso. Tres cuartos de entrada.

En Lima (Perú), tercera de feria, se corrieron toros de La Ahumada, correctos de presentación, pero de escasa casta, desrazados, salvo el manejable 6º. Morante de la Puebla, ovación y silencio; Miguel Ángel Perera, leves pitos y silencio; y Cayetano, silencio y dos orejas. Tres cuartos de entrada.

En Maracaibo (Venezuela), reses de Los Ramírez, con bondad, 1º y 2º premiados con la vuelta al ruedo. Erick Cortés; dos orejas en ambos; El Fandi, dos orejas y oreja con petición de la segunda; y Alejandro Talavante; dos orejas y oreja.